Ponce es de Palencia. Qué más dará. Total, por una letra... Aunque su integración será difícil; por estos lares hace tanto frío que el Sol debería ser lo caro en Campos Góticos. No se cómo explicarlo, si a mi me dan una mala corrida de toros todo lo que puedo escribir es una carta al director de este diario pidiendo el finiquito y entregando las armas. ¿Pero a Don Enrique? Al de Chiva le salen dos toros con menos gracia que la nómina de un mileurista y se saca de la taleguilla dos faenas de alto standing. Lo del primero valía sobradamente una oreja, pero el tendido le hizo el tocomocho. Así no nos le traemos a vivir. Eso sí, entrará en los anales la ovación con saludos. Algún aficionado histórico recordó que se puede aplaudir al matador después del arrastre y que incluso saludan. Respecto a su segunda faena, dejen el periódico y hagan guardia ante el televisor, véanla, vuélvanla a ver, relájense y disfruten. En definitiva, que no me fío de un novillero que al ser preguntado por sus referentes en el escalafón actual no hable del nieto de Leandro. ¿Quién no querría llevar más de 25 años al pie del cañón y seguir en figura? Por mucho que los muchachos de hoy en día se fijen, y con razón, en Perera o Morante, a lo que todo persona cabal puede aspirar en esta vida es a terminar pareciéndose a Enrique Ponce. En lo que sea. En el nombre de la provincia que le vio nacer, que total, por una letra...