El 'elixir de la vida' palentino

diariopalentino.es
-

Alumnos del 'Trinidad Arroyo' ganan el II Concurso 'Investigando la Química'

El licopeno y el pan de la eterna juventud, un trabajo elaborado por alumnos del Instituto Trinidad Arroyo, ha ganado la II edición del Concurso Investigando la Química, organizado por la Asociación de Químicos de Castilla y León en colaboración con la Junta de Castilla y León.

Sus autores, tres alumnos de primero de Bachillerato de Investigación -Julia Varas Vargas, David Sánchez del Valle y Ana González Cedón- que han sido dirigidos por la batuta del profesor Ramón Polanco Sánchez.

El proyecto ganador se basa en el estudio de un antioxidante muy potente, el licopeno, presente en alimentos como el tomate y que previene, entre otras enfermedades, hasta nueve tipos de cáncer. Además ha demostrado ejercer importantes beneficios para la salud y como mantenedor de la belleza y la juventud por su capacidad para bloquear los radicales libres.

En la investigación se ha trabajado con tres variedades de tomate -bola, rama y pera- entre otras cosas por ser los más comunes en el mercado, y se ha cuantificado la cantidad de licopeno en cada variedad. «Hemos validado el método de análisis de manera estadística, ya que no existe un método oficial de análisis y para finalizar el proyecto hemos elaborado un producto innovador», explica Ramón Polanco.

Su objetivo era introducir la cantidad recomendada en el pan, adecuándolo de tal manera que se garantizara su absorción y su forma apetecible.  «El licopeno todavía es poco conocido y usado y hemos elaborado pan, en este caso pan tradicional, pan bregado y pan de molde al que le hicimos un test de panificación I+D+i», añade el profesor.

«Al igual que los alquimistas buscaban el exeer al-hayat, palabra árabe que significa elixir de la vida eterna, nosotros -salvando las distancias- hemos desarrollado un producto que garantiza la ingesta de 30 miligramos de licopeno por cada 100 gramos de pan, dosis que según los últimos estudios en humanos parece ser la recomendada», indican los responsables del trabajo.

«Si este compuesto, pigmento natural presente en la piel del tomate y no soluble en agua de los denominados carotenoides, posee las propiedades tan increíbles que tiene, su ingesta nos llevaría a prevenir enfermedades de piel, infarto de miocardio y cáncer entre otras. Por eso el nombre de Pan de la eterna juventud», argumenta Ramón Polanco.

reconocimiento. Al concurso se presentaron 32 trabajos, de los cuales se seleccionaron cinco, que tuvieron que defender en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valladolid.

Los estudiantes palentinos presentaron un power point y respondieron a una pregunta del Tribunal, formado por Fernando Villafañe González, presidente de la Asociación de Químicos y decano de la Facultad de Ciencias de la UVA; Eladio Martín Mateos, profesor de Química Analítica de la Universidad de Salamanca; Lourdes Rodríguez Blanco, directora de proyectos del Parque Científico de la UVA; Ángel Luis Mayorga González, responsable de desarrollo analítico y validaciones en Crystal Pharma; Susana Palmero Diez, doctora en Química de la Universidad de Burgos y Begoña Núñez Plaza, profesora de secundaria y presidenta de la sección técnica de enseñanza de AQCyL.

«El trabajo y el reconocimiento obtenido se debe fundamentalmente al trabajo duro de los alumnos, a sus ganas por aprender y dejar otras ocupaciones y ocio para trabajar en el laboratorio con un profesor fuera del horario lectivo», destaca Polanco y explica que los jóvenes han pasado los recreos y muchas tardes trabajando en el laboratorio.

A ello se suma la colaboración de la vicerrectora del Campus de La Yutera, Mercedes Sánchez Báscones, «que nos facilitó material fuera del alcance de un centro de Secundaria», así como de la Panadería Sánchez, de Villalobón, «que nos enseñó cómo elaborar pan y realizó el pan de la cata realizada en el concurso», destacan los responsables del proyecto. A esas colaboraciones se suma la del Cetece (Centro Tecnológico de Cereales) que se prestó «para que los alumnos hicieran tecnología con el pan, innovando e investigando en algo tan básico como el pan y poniendo a nuestra disposición todo su potencial», concluye el profesor responsable del proyecto.