Hong Kong mantiene el pulso

Agencias
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Los manifestantes, que llevan en la calle desde el pasado día 22 para pedir más democracia, se preparan ante la posible intervención policial durante la celebración del Día Nacional Chino

MANIFESTACIÓN A FAVOR DE LA DEMOCRACIA - Foto: JEROME FAVRE

Decenas de miles de manifestantes chinos mantuvieron ayer el pulso al Gobierno chino al permanecer inamovibles sus protestas en las calles de Hong Kong pese a las presiones del Estado para disolver el movimiento y a las intervenciones de los agentes antidisturbios de la Policía durante el fin de semana.

Los participantes del movimiento Occupy Central pasaron la jornada recopilando víveres y productos para mantener sus acampadas frente a posibles maniobras de las fuerzas de seguridad chinas. Las movilizaciones, que comenzaron el pasado 22 de septiembre, buscan promover mayor democracia para esta antigua colonia británica que volvió a la soberanía china en 1997 y que se rige por el principio Un país, dos sistemas.

Tras ocho días de protesta y después de que la Policía empleara incluso gases lacrimógenos y de pimienta para dispersar a los manifestantes, el movimiento se prepara ahora frente a una posible intervención para su desalojo antes de la celebración hoy del Día Nacional Chino.

Los miles de hongkoneses congregados en los cuatro puntos financieros de la ciudad se abastecieron de agua, frutas, galletas, impermeables, gafas, toallas, máscaras de gas, tiendas de campaña y paraguas al tiempo que levantaban barricadas para hacer frente a las posibles represalias.

«No tenemos miedo. Nos quedaremos aquí esta noche», aseguraba Sui Ying Chen, una estudiante de 18 años de la Escuela de Educación Profesional y Continua de Hong Kong. En su opinión, esta noche era «la más importante» porque «muchas personas poderosas de China continental vendrán a la ciudad» y lo que está pasando allí es algo que el Gobierno  local «no quiere que vean». Por todo ello, durante la última noche de vigilia crecían las especulaciones sobre una posible intervención de la Policía para expulsarles.

«NUESTRO FUTURO». Los manifestantes demandan una democracia plena y que el gobernador de la ciudad, Leung Chun-ying, que dimita, después de que Pekín se negase hace un mes a celebrar elecciones libres para la elección del líder regional de Hong Kong en 2017. Pekín gobierna en esta zona bajo una fórmula que concede a la excolonia británica cierta autonomía y libertades que no se disfrutan en China continental.

 «No sé lo que la Policía o el Gobierno me harán, pero estoy 100 por 100 seguro de que debo salir a la calle esta noche», explicaba Ken To, un trabajador de 35 años que lleva un restaurante en el barrio residencial de Mong Kok. «No solo queremos dinero. Queremos a nuestros niños, nuestro futuro, nuestra educación», añadió.

«Aunque me puedan arrestar, me quedaré hasta el último minuto», decía John Choi, de 16 años. «Estamos luchando por nuestro futuro», agregaba.

Los líderes del Partido Comunista se han mostrado preocupados por la posibilidad de que las protestas se extiendan al resto del país, razón por la que censuran las noticias sobre ellas. Las manifestaciones, que Pekín considera «ilegales», son las más multitudinarias en Hong Kong desde que China reanudó su mandato en 1997 y representan un gran desafío para Pekín, desde que aplastó violentamente las protestas pro democracia en Tiananmen en 1989.