Prestidigitación o juegos de manos, matemáticas imposibles e incluso un dron que atraviesa el escenario. Esos son solo algunos de los elementos que acompañaron ayer por la tarde al mago Jorge Bass sobre las tablas del Ortega. En su tercera visita a Palencia, el ilusionista madrileño puso sobre el escenario lo que él mismo define como magia del siglo XXI. Una magia que no solo evita los tópicos más tradicionales de la chistera y las cartas, sino que los reinventa y los incorpora al propio espectáculo, con el objetivo de atraer a pequeños y mayores y arrancarles exclamaciones de asombro desde el minuto uno.

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