Quique Garrido: "En Palencia deje muchos y grandes amigos"

Alberto Moreno
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Quique Garrido: "En Palencia deje muchos y grandes amigos"

Ha jugado en la península, en Canarias, ahora en el norte de África, en Melilla. Sólo le falta Baleares, «pero vive allí mi hermano y conozco las islas. Además, soy joven y puedo acabar allí, como también volver a Palencia», recuerda un Quique Garrido que mañana se mide al que fuera su equipo en las cuatro últimas temporadas.

Quique se ha adaptado perfectamente a Melilla. «Estoy feliz, integrado. El hecho de estar con Carles Bravo también ha ayudado. Yo fiché primero. Me comentaron por el interés en fichar a Carles y como vivimos muy cerca en Cataluña me acerqué a hablar con él, lo comentamos y se decantó también por fichar aquí».

Han formado una gran plantilla, en la que también juega el palentino Adrián Laso, pero vienen de una racha de tres derrotas consecutivas, la última en casa ante el Breogán. «En esta liga cualquiera te puede ganar y un cuarto malo te condena. Es lo que nos pasó en el último partido. En el primero nos ganaron de diez, en los siguientes ganamos los parciales, pero no nos dio para remontar».

Quique Garrido ya tuvo la oportunidad de jugar ante el Quesos Cerrato Palencia, pero en el Marta Domínguez y en pretemporada. «A nivel personal, fue bonito por saludar a tantos amigos, corto e intenso. En el planto deportivo, un partido más de preparación, sin la tensión de la competición. El de mañana será diferente».

El base catalán conoce perfectamente el potencial del cuadro morado. «¿Qué voy a contar de mi antiguo equipo que no sepáis en Palencia? Tienen calidad, experiencia, saben a lo que juegan y están respondiendo a lo que se espera de ellos. Será especial por medirte a amigos, pero ahora cada uno defiende lo suyo».

Garrido no se cansa de repetir que Palencia le ha marcado. «Ha sido el lugar en el que más tiempo he estado jugando, cuatro años. ¿Volver a jugar allí?  Nunca se sabe, la vida da muchas vueltas.  Lo haga o no lo haga, volveré allí de visita a nivel personal cuando pueda y tampoco queda tanto para el partido de vuelta. No doy recuerdos a nadie porque seguro que me quedaría alguno. Si tuviese que mencionar a todos, tendrías para tres páginas poniendo a todos. Es lo que tiene el baloncesto, que te da amistades, que conoces a gente maravillosa, como fue mi caso en Palencia». Prueba que Garrido está feliz en Melilla fue que quiso despedirse, como siempre,  contando un chiste, el del edifici. Tan malo que no lo reproducimos.