Guerra abierta en el sector remolachero de la Comunidad, que controla el 85% de la producción nacional. Azucarera informó ayer que recortará un 20 por ciento lo que pagará a los agricultores por cada tonelada de remolacha, pasando de los 32,5 a los 26 euros, al que se añadirán las ayudas comunitarias regionales aplicables y un complemento vinculado al precio del azúcar que se negociará con las organizaciones agrarias. Un cambio de criterio que rompe el Acuerdo Marco Interprofesional (AMI) del sector que lleva funcionando más de treinta años y que estaba en vigor hasta 2020, lo que levantó la ira de sindicatos agrarios durante la jornada de ayer. Una decisión que, según informó la compañía, se debe a la «caída histórica» de precios y que entrará en vigor a partir de la próxima campaña, para la zona norte. Desde la firma, filial de British Sugar, se fijan en el valor de referencia en el mercado, situado en los 404 euros por tonelada de azúcar. De este modo, señaló el consejero delegado, Juan Luis Rivero, se permite que el cultivo de remolacha «siga siendo rentable».

Azucarera, que posee en Castilla y León tres molturadoras en La Bañeza, Toro y Miranda de Ebro, mantuvo reuniones con las organizaciones agrarias para avanzar su propuesta de este «cambio de modelo» en la relación con los agricultores, para afrontar la «caída histórica» de precios que está padeciendo el sector azucarero y «garantizar su futuro y sostenibilidad». Así lo explicó el propio Rivero, junto a la directora de Agricultura de la compañía, Salomé Santos.

Rivero explicó que el objetivo que persiguen con este giro «de colaboración con el agricultor» persigue «proteger la continuidad de un sector estratégico» en España y «lograr una mayor integración con el profesional». Azucarera propuso un precio base de referencia por tonelada al que se añadiría un complemento vinculado a la evolución del precio del azúcar, que es lo que se se tendrá que negociar con las organizaciones agrarias «en profundidad», dijo Rivero.