Las necropsias descartan que dos osos murieran por disparos

ALBERTO ABASCAL
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El día 5 de octubre fueron localizados los restos de un plantígrado en el vaso del embalse de Requejada y el 8 de noviembre los de otro ejemplar en Celada de Roblecedo

Las necropsias descartan que dos osos murieran por disparos

Las necropsias practicadas a los cadáveres de dos ejemplares de oso pardo hallados en la Montaña Palentina, además de otro ejemplar en León, concretamente el día 5 de octubre en el vaso del embalse de Requejada y el día 8 de noviembre en Celada de Roblecedo, también cerca de Cervera de Pisuerga, han descartado el disparo como causa de la muerte, según informó ayer la Junta.

 Los lugares en los que han sido encontrados estos osos están separados 40 kilómetros entre sí los dos primeros y diez entre el primero y el tercero (incluido el ejemplar leonés), por lo que en un primer momento se descarta que la muerte de estos ejemplares pudiera estar relacionada. 

Según informó el Gobierno regional, el estado de conservación de los restos de los animales ha sido muy variable, encontrándose esqueletizado el ejemplar del embalse de Requejada; el segundo de ellos, el ejemplar de Casasuertes (León), se encontró en avanzado estado de descomposición y el tercero, localizado en Celada de Roblecedo, comido por carroñeros pero siendo los restos muy recientes. 

A principios de  noviembre se practicó la necropsia de los restos óseos encontrados en el embalse de La Requejada, por los veterinarios de los Centros de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS), determinando que se trataba de un macho adulto, de entre 11 y 13 años de edad.  El diagnóstico presuntivo preliminar de esta necropsia, a falta de los resultados del análisis toxicológico, da un resultado por el que se desconocen las causas de la muerte, pero descartándose por el estudio radiográfico presencia de plomo, fracturas o traumatismos en los huesos. También se concluye que este ejemplar de oso pardo llevaba muerto varios meses en el momento del encuentro de los restos a la vista del estado de los restos óseos. 

El ejemplar encontrado en Celada de Roblecedo es un macho adulto. El estado de los restos encontrados podría indicar que la muerte del ejemplar fue próxima en el tiempo, al momento del levantamiento del cadáver pero se presentaban descarnados, con ausencia total de órganos internos u otros tejidos blandos. 

Aún se conservaba el esqueleto, parte de los músculos pterigoideos, médula ósea y encéfalo y médula espinal, así como las cavidades de la médula ósea y espinal, epitelio y mucosa de cavidad oral, dientes y casi la totalidad de la piel. Las radiografías no muestran proyectiles o fragmentos, ni fracturas óseas, a excepción de una fisura longitudinal ventral en el cuerpo de la mandíbula izquierda realizada post-mortem, siendo desconocida la causa de la muerte en este primer diagnóstico preliminar, a falta de los resultados de los análisis toxicológicos, estudios histopatológicos y microbiológicos.

Como ya se ha indicado, con ánimo de esclarecer todas las dudas posibles sobre la muerte de estos ejemplares, se han remitido muestras de huesos y tejidos de los tres osos a laboratorios especializados para los estudios histopatológicos, microbiológicos, genéticos y análisis toxicológicos, que a su vez determinarán el sexo del ejemplar de Burón que debido al estado de putrefacción de los restos no se pudo determinar durante la necropsia. 

Estas muestras han sido remitidas a estos laboratorios el lunes 26 de noviembre y se espera recibir los resultados de las pruebas en las próximas semanas. 

Aunque no se considera que la muerte de estos ejemplares pudiera estar relacionada entre sí, tanto por el rango temporal de sus óbitos como por la distancia a la que se han encontrado, durante los días siguientes a la aparición de estos ejemplares se hicieron labores de rastreo en las zonas de aparición con el fin de buscar otros animales muertos que pudieran indicar episodios de envenenamiento, no habiéndose encontrado nada en los recorridos. En cualquier caso, los resultados de los análisis toxicológicos confirmarán o descartarán el uso de veneno como causa de mortalidad de los ejemplares.