Y el manto blanco lo cubrió todo

A. Benito
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Se cumplen cuatro años de la mayor nevada de los últimos tiempos. Vecinos de la zona norte cuentan a 'DP' cómo vivieron el temporal que atrapó a cientos de personas

Y el manto blanco lo cubrió todo

Ya han pasado cuatro años, pero en la Montaña Palentina nadie olvida la que hasta el momento sigue siendo la nevada más intensa de los últimos tiempos. La nieve comenzó a caer con suavidad el 1 de febrero de 2015. No obstante, una pequeña tregua, o la calma que precede a la tempestad, fue el preludio de la serie de catastróficas desdichas que se desataron en la madrugada del día 4 y que acabaron por convertir al norte de la provincia en el infierno blanco que incomunicó decenas de localidades y atrapó a cientos de personas.


Los pueblos de La Pernía y de la Ruta de los Pantanos fueron los más afectados por un temporal que provocó acumulaciones de nieve "de hasta dos metros y medio de espesor y neveros de más de ocho", tal y como afirman los vecinos de ambas comarcas. "Se fue la luz y el teléfono, e incluso se hundió el tejado de una nave en la que había ganado. Se nos hizo de noche tratando de sacar a los animales y vivimos momentos muy complicados", explica Vicente Rueda, concejal en el Ayuntamiento de Velilla y residente en Otero de Guardo. 


De aquellos momentos recuerda el agobio, pero también la voluntariedad de quienes desempolvaron los esquíes y las raquetas para acercarse a las casas de las personas que se habían quedado incomunicadas. "Hacía mucho que no se veía nevar así, pero es que antaño había gente en los pueblos, y ahora la mayoría son vecinos de edad avanzada que ya no están para tirar de pala", continúa.

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Mientras eso ocurría en la parte más septentrional de la provincia, las precipitaciones, unidas a una fuerte ventisca y a una mala coordinación de los medios de limpieza en la A-67 y la N-611, así como algunos conductores poco acostumbrados a condiciones como las que se dieron, obligaron a cerrar, por primera vez en la historia, la autovía que comunica Palencia con Cantabria más allá de algo puntual. 


Más de 130 personas fueron rescatadas del puerto de Pozazal (Cantabria) a través de un operativo en el que participaron la Guardia Civil, la UME, Protección Civil y la Policía Municipal. "Muchas de ellas se alojaron en el San Gregorio, en el Castilla y León y en el José María Monzón de Aguilar", apunta la alcaldesa de la villa galletera, que cuatro años después se queda con el "ejemplo de compromiso social que dio Aguilar al responder a una situación crítica en un tiempo récord". Curiosamente y salvando las diferencias, este fin de semana varios viajeros volvían a alojarse en la localidad a consecuencia de la fuerte ventisca que obligaba a cortar la circulación en la A-67. 


"No pude evitar acordarme de la nevada de 2015", continúa Ortega que de aquella experiencia aprendió que "la nieve es muy blanca, pero también muy negra". No obstante, y aunque cada copo le recuerda a personas como José María Hernández, "que hizo todo lo posible por resolver la situación" y falleció pocos días después a consecuencia de una infección, en su mente también tiene grabadas las caras de agradecimiento de los afectados por el temporal y la actitud de quienes, voluntariamente, se ofrecieron a colaborar.
"Además, creo que de los errores se aprende y ahora estamos mucho más preparados para afrontar las condiciones metereológicas adversas", indica la alcaldesa que, no obstante, considera que en 2015 se dieron todos los factores para que se desatara la tormenta perfecta, complicando en gran medida la actuación de los equipos técnicos y humanos.

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MALA COORDINACIÓN. Diferente opinión tiene el actual alcalde de La Pernía, que considera que tanto antes, como ahora, "pesa más que el político de turno se haga la foto de rigor que hacer las cosas bien". Para Rubén García, "es verdad que la nevada fue excepcional, pero no es menos cierto que una mala coordinación fue la causa principal de que pueblos como Piedrasluengas estuvieran incomunicados casi veinte días". 


Para el edil norteño, no se puede luchar contra los elementos, pero sí que se podría haber actuado con más rapidez, evitando que la nieve se prensara tanto y que las máquinas de tubos se quedaran atoradas en los neveros. "Vivimos aquellos días con mucha preocupación, aunque por suerte no pasó nada realmente grave", asegura García, que, como la mayoría de vecinos de La Pernía, es ganadero y en febrero de 2015 tuvo que sufrir las dificultades de acceso a la nave en la que se encontraban los animales. 
También hay en la zona quien considera que se hizo "todo lo posible" por hacer frente al temporal, teniendo en cuenta que los recursos son limitados. "Nunca se había visto un despliegue así", apunta otro vecino de La Pernía que asegura que los mayores problemas se dieron en la zona de las Peñas de la Hoz donde, al parecer, "había riesgo de aludes".


Finalmente, Marta Redondo, delegada por aquel entonces de DP, recuerda como uno de los momentos "más bonitos" de su carrera aquel en el que se abrió Piedrasluengas. "Fueron días duros y de mucho trabajo, pero logramos dar voz a la gente y quedó claro que los medios de comunicación están al servicio de la sociedad", afirma.

 

FOTOS: MARTA REDONDO, UME Y PABLO ABAD