Veintiséis años después de su fallecimiento en un atentado perpetrado por la banda terrorista ETA en la localidad guipuzcoana de Aretxabaleta, los vecinos de Cillamayor rindieron en el mediodía de ayer un emotivo homenaje a Adrián González Revilla, guardia civil e hijo del pueblo que perdió la vida el 26 de julio de 1986 junto a otro compañero.

Para mantener vivo su recuerdo, se inauguró una calle con su nombre y se colocó una placa conmemorativa en la vivienda en la que aún hoy vive su madre que, junto con la hermana del fallecido, mostraron su agradecimiento a la Junta Vecinal por tan sentido reconocimiento de los vecinos del pueblo que le vio crecer.

«Llevamos tiempo trabajando en esta idea ya que había personas que habían puesto su empeño tiempo atrás. Finalmente, lo hemos conseguido por lo que estamos orgullosos de haber podido rendir este pequeño homenaje a uno de nuestros vecinos con el que teníamos una deuda pendiente», explicó José María Roldán, presidente pedáneo de Cillamayor.

Acompañando a los familiares del fallecido y al resto de vecinos de la localidad, estuvieron presentes varios mandos de la Benemérita como el general jefe de la 12ª Zona de la Guardia Civil; el coronel jefe de la Unidad de Acción Rural (UAR) de Logroño; el teniente coronel jefe de la Comandancia de Palencia  y el capitán de la Compañía de Herrera.

A ellos se sumaron el jefe del Servicio de Medio Ambiente de la Junta, José María Martínez Egea; el diputado Urbano Alonso; el alcalde de Barruelo, Alejandro Lamalfa; el ex delegado de la Junta en Burgos, Jaime Mateu -hermano del otro guardia civil asesinado- y  varios representantes políticos a nivel local y provincial.