Un incendio calcina una gran parte de un rocódromo privado en Guardo

Rubén Abad
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El aviso se recibió a las dos de la mañana del miércoles. Solo hubo daños materiales

• Los Bomberos y la Guardia Civil se desplazaron hasta el paseo del Ayuntamiento. Los primeros indicios apuntan a una estufa de gas o a un cenicero como foco del incendio.

Un local de unos treinta metros cuadrados situado en el paseo del Ayuntamiento de Guardo, en el que había instalado un rocódromo particular, ardió pasto de las llamas en la madrugada del pasado miércoles.

Según las primeras investigaciones, el foco del incendio pudo haberse originado en una estufa de gas butano, que los usuarios del recinto aseguraron haber apagado al abandonar el local sobre las 22 horas.

Otro de los puntos de atención se centra en un cenicero que se encontraba sobre la misma, en el que había restos de cáscaras de cacahuetes y varias colillas de cigarrillo que podrían estar mal apagadas.

Hasta el lugar de los hechos se desplazaron varios efectivos del Parque Comarcal de Bomberos de Guardo y agentes de la Guardia Civil del Puesto de la localidad minera, tras recibir el aviso hacia las dos de la madrugada. El personal que acudió a este punto del municipio montañés, empleó más de dos horas en sofocar por completo el fuego.

La falta de oxígeno por la ausencia de salidas de ventilación al exterior ayudó a que el inmueble ardiese lentamente y no se vieran afectados ni viviendas ni locales próximos.

Además, tampoco hubo que lamentar más daños que los materiales, dado que el local estaba vacío en el momento en que se inició el fuego.

«El trabajo más costoso para nosotros fue adentrarnos en el local, ya que cuando llegamos allí se había formado una densa humareda que apenas nos impedía ver nada, ni siquiera el origen del fuego», explicaron a este periódico los voluntarios del Parque Comarcal.

COLCHONES VIEJOS. Una vez en el interior del recinto se percataron de que el inmueble estaba repleto de guías de escalada, tanto por las paredes del local como por el techo.

Además, el suelo del rocródromo estaba completamente cubierto por colchones viejos, que habitualmente son utilizados en este tipo de dotaciones para evitar posibles lesiones a los aficionados que practican dicho deporte.

Sobre las cuatro de la madrugada, y una vez finalizadas las tareas de extinción propiamente dichas, los Bomberos sacaron a la calle los colchones más afectados para que un camión los transportara posteriormente al Punto Limpio de la localidad norteña.