La Cámara Agraria Provincial de Palencia afronta un 2016 con más sombras que luces. Con más incertidumbres que certezas.

Con el grifo de Valladolid, de la Junta de Castilla y León cerrado desde junio de 2014 -no hay más subvenciones-, y sin que haya buenas nuevas en forma de otras ayudas, solo le queda a la entidad cameral lo que le pueda llegar de la Diputación. Menos es nada.

La Institución Provincial mantendrá una ayuda de 25.000 euros para gastos de funcionamiento de la entidad.

A este montante hay que añadir otros 90.000 euros destinados a las Juntas Agropecuarias Locales, cantidad también idéntica a la que se ha manejado en convenios precedentes.

Con este panorama mucho tendrá que afinar la Cámara Agraria para mantener la actividad este año y no certificar su defunción.

El grueso de las gestiones que realiza se centra en estos momentos en la tramitación de diferentes certificados.

El coste económico que genera es sufragado por las Juntas Agropecuarias Locales que precisan de sus servicios. La posibilidad de abrir la carta de servicios está ahí, pero no llega a concretarse.

Con el convenio de la Diputación este 2016 se dará continuidad a los rubricados en 2013 y 2014 y 2015 que introdujeron la novedad de los 25.000 euros para el funcionamiento. Esa cantidad se destina a aminorar los denominados gastos corrientes, lo que supone el funcionamiento del día a día de una institución venida a menos, que opera con lo justo desde que las ayudas públicas dejaron de llegar y que ha dejado atrás el sobredimensionamiento con el que funcionó durante décadas.

Los otros 90.000 euros que recibirá irán dirigidos a sufragar los gastos de compra de maquinaria y arreglo de locales de las Juntas Agropecuarias Locales.

En 2015 se destinaron 46.264 euros a la mejora de infraestructuras (básculas, tanques de agua para fitosanitarios y arreglo de abrevaderos) y otros 43.728 a la compra de maquinaria.