El futuro del matadero municipal de Guardo está en el aire y con él el de sus tres trabajadores (un encargado, un oficial y un ayudante). Empleados que piden al Ayuntamiento que «agote todas las posibilidades» antes de proceder al cierre de estas instalaciones. Un recinto en el que no solo se sacrifica, sino que también funciona como un centro de desinfección de vehículos, un trámite obligatorio para remolques y camiones después de cada porte de animales vivos.
Tres son los operarios directos, pero la medida afectará a muchos más, principalmente a los ganaderos, carniceros y cazadores del entorno, pues es la única dotación de sus características en decenas de kilómetros a la redonda. Un complejo de referencia para las comarcas de Guardo, Cervera de Pisuerga, Santibáñez de la Peña, Riaño, Cistierna, Sabero, Matallana de Torío, Puente Almuhey (estos cinco últimos de la vecina León) y parte de Cantabria. 

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