Los productores de plantas aromáticas tratarán de ligar su actividad al turismo

Paula Zurimendi
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La recolección se realiza en julio y agosto. Las 60 hectáreas de plantaciones de lavanda, lavandín y espliego se ubican en las localidades de Autilla del Pino, Villaumbrales, Villafruela, Villamuriel de Cerrato, Frómista, Valdespina y Palencia capita

Los productores de plantas aromáticas tratarán de ligar su actividad al turismo - Foto: dp

La Asociación Palentina de Plantas Aromáticas y Medicinales (Apapam) comenzó la cosecha de sus cultivos de lavanda y lavandín días atrás.

Este colectivo de agricultores explota un total de 60 hectáreas de plantaciones distribuidas por varias localidades: la capital, Autilla del Pino, Villaumbrales, Villamuriel de Cerrato, Frómista, Valdespina y Villafruela. Las especies que cultivan son el espliego, la lavanda y el lavandín, un híbrido de los dos primeros.

Los objetivos de Apapam a corto plazo son poner en común una plantación de unas 100 hectáreas de lavandín y montar una planta de destilación en Palencia.

 - Foto: dp Además pretenden ligar la actividad que realizan a la organización de jornadas divulgativas, encuentros de trabajo y viajes de intercambio de experiencias que ayuden a fomentar el turismo en la provincia.

Tienen planeado diseñar varias rutas turísticas por los distintos municipios donde se encuentran sus plantaciones, de tal forma que la gente pueda disfrutar tanto con los monumentos históricos como con los campos de lavanda y se aproveche, de paso, para dinamizar el turismo en las localidades de la provincia.

Apapam nació a partir de un proyecto inacabado del Grupo de Acción Local Araduey y se consolidó en el 2008. Ahora la conforman 25 personas de distintas partes de la provincia.

Su objetivo es, además de plantar especies aromáticas, diversificar los cultivos de los agricultores palentinos.

Para ello, reciben ayuda de la Diputación. También realizan una labor de divulgación de los resultados que obtienen entre otros agricultores.

El de las plantas aromáticas es un tipo de cultivo de una rentabilidad media que genera beneficios a partir del primer año, cuando está en plena producción. Cada hectárea plantada cuesta en torno a los 2.000 euros. La cuota de mercado es amplia porque se trata de un producto bastante demandado.

Una vez tienen las plantas recolectadas (la cosecha dura unos veinte días) las llevan a las destiladoras de Lerma o Peñafiel, donde mediante una técnica de arrastre de vapor se obtendrá el aceite que se comercializa y con el que se fabrican perfumes, cosméticos u otros productos de droguería.

La Diputación tiene un convenio de colaboración anual con Apapam, mediante el cual le subvenciona con 3.000 euros al año para realizar estudios de distintas especies.

Para ello, les ceden unos campos de ensayo y la Asociación, con el dinero que recibe, hace diversas pruebas con las plantas: sembrarlas en distintas épocas y aplicarles varios tratamientos para poder así incrementar el abanico de posibilidades.

Divulgación. Apapam desarrolla además una labor de divulgación con otros agricultores, con el fin de explicarles los resultados que obtienen de sus estudios y extender este tipo de cultivo. Para llevarla a cabo, organizaron las Jornadas de Plantas Aromáticas y Medicinales.

La última edición se celebró en Frómista y acudió gente de Francia, de la zona de la Provenza, donde son muy conocidos los paisajes de campos de lavanda. A los encuentros asistieron expertos, cultivadores con experiencia, que contaron cómo trabajan y les aconsejaron lo que podían sembrar o utilizar de sus conocimientos, aunque las condiciones de los campos de la Provenza o las de otras provincias no sean las mismas que las de Palencia.

Por otra parte, los agricultores franceses explicaron a los de la Asociación que ellos obtienen más beneficios de la gente que va a visitar las plantaciones que de comercializar los cultivos.

Los campos de lavanda son un paisaje típico de la Provenza y reciben mucho turismo, especialmente en julio y agosto, cuando estas plantas florecen.