La Fundación Díaz-Caneja posee la más amplia colección de pinturas -en concreto de la década de los 80- del  artista. Las obras muestran su evolución pictórica, desde su formación y sus primeros contactos con las vanguardias del siglo XX, hasta la definición y consolidación de un estilo singular.
En estos momentos, la fundación está embarcada en un proceso de «reorganización total» de la obra permanente de Díaz-Caneja, según explica el secretario de la misma, Rafael del Valle, que subraya que el tratamiento que se dará a la colección se fundamenta en  un «concepto distinto». Así, «cobra más importancia» la biografía del pintor que con el anterior montaje, en el que «pasaba prácticamente desapercibida». Con ello, a juicio de Del Valle, se va a conseguir contextualizar, darle otra dimensión a la obra de Caneja. A través de amplios paneles, el visitante se verá  apoyado y podrá seguir todas las vicisitudes que jalonaron la trayectoria del artista.  «La idea es que la gente que visite la exposición permanente de Diaz-Caneja saque de ella el provecho que todos pretendemos»,  afirma Rafael del Valle.

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