El Palacio de la Diputación Provincial, símbolo de la luchaburguesía-proletariado

Francisco J. de la Cruz Macho
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El 19 de octubre se cumplirá el centenario de su inauguración

Portada de ‘El Diario Palentino’, del 24 de octubre de 1914, cuando la dedicó entera al nuevo edificio. - Foto: DP

La Diputación estuvo ocupando, durante muchos años, una parte de las dependencias del Convento de San Francisco que, afectado por la Desamortización, había pasado a ser propiedad del Estado. En él se instalaron las oficinas de Hacienda y de la Diputación, además de otros organismos.

Estas instalaciones necesitaban de continuas y costosas reformas debido a su mal estado por lo que, en 1882, se decidió la construcción de un nuevo edificio para la Diputación. Hubo que esperar hasta 1903 para comprar a Loreto Martínez de Azcoitia los terrenos donde se levantaría el nuevo Palacio Provincial. En 1905 se aprobó el proyecto arquitectónico elaborado por Jerónimo Arroyo y en 1907 se subastaron las obras recayendo en el constructor Cándido Germán. El 23 de octubre del mismo año se inició la construcción del nuevo Palacio. Los trabajos se prolongaron  7 años. Entonces, no se preveía que su finalización se viese envuelta en la confrontación.

El 19 de octubre de 1914 se inauguró, sin ceremonias, el Palacio de la Diputación Provincial de Palencia, en medio de las críticas de los liberales hacia el proceso constructivo y, sobre todo, de los socialistas que convirtieron la construcción del Palacio de la Diputación en un elemento más de la disputa entre burguesía y proletariado, denunciando las maniobras del partido conservador en el gobierno provincial y sus intereses económicos en la obra.

PINTADAS SOCIALISTAS EN EL NUEVO PALACIO. Son las cinco de la mañana del 29 de junio de 1914. En la fachada del edificio de Hacienda, antiguas dependencias del convento de San Francisco, dos hombres embozados y amparados en la oscuridad terminan de pintar Maura no ¡Viva la república!. En silencio continúan por la calle Joaquín Costa procurando alejarse lo más posible de la tenue luz que emiten las farolas. Avanzan hacia el nuevo Palacio de la Diputación Provincial, cuyas obras están a punto de finalizar. En su fachada, la noche anterior, alguien ha pintado con brea negra, como en otros edificios de la ciudad, la expresión Maura, si. Los dos hombres se dirigen hacia el lugar de la pintada. Uno porta una tosca brocha de crines de animales, el otro un bote con un poco de brea tintada de color rojo. «Ésta es la última ¿no?» - pregunta uno de ellos. El otro responde «Sí». Hunde la brocha en la escasa brea restante y completa la frase añadiendo una n y la palabra cabeza. La expresión resultante, a dos colores, reza Maura sin cabeza. Es lo mismo que han hecho en otros edificios, retocando las pintadas que la noche anterior los mauristas palentinos habían escrito en apoyo a su líder, tras haberse constituido la agrupación maurista  en la ciudad y haber sido aprobado su reglamento por el gobernador civil.

Sigilosamente descienden por la calle Don Sancho y ponen rumbo a la Casa del Pueblo donde les espera un tercero que según les siente llegar les abre la puerta. Tras cerrarla les pregunta «¿Y el nuevo Palacio?», «Hecho» -responden al unísono- «Estupendo, mañana los burgueses y amigos del cacique disfrutarán leyendo la fachada de su nuevo Palacio». Allí permanecerán un breve tiempo. Cuando las cuadrillas de jornaleros empiezan a salir de sus casas a los puntos de reunión para ser contratados para las tareas agrícolas o alguna obra, salen y se mezclan con ellos, como uno más.

El martes día 30, El Diario Palentino, sostenido por Calderón, abanderado del maurismo palentino, se hizo eco de la noticia criticando la acción. En la Casa del Pueblo las risas por el hecho son continuas. El comentario al unísono: «Ahora las pintadas les parecen algo deleznable, porque son nuestras. Cuando las hicieron ellos no les molestaron ni tan siquiera en su nuevo Palacio donde el cacique quiere poner su corte».

OTRA CRÍTICA SOCIALISTA: EL PALACIO COMO EJEMPLO DEL CACIQUISMO. Los socialistas palentinos no se contentaron con replicar a los conservadores mauristas con las pintadas aprovechando, entre otros, los muros del nuevo Palacio de la Diputación Provincial, sino que convirtieron la construcción de este edificio en un alegato en contra del caciquismo y en un ejemplo de los amiguismos y prebendas económicas que Abilio Calderón repartía entre sus amigos.

El martes 13 de octubre, seis días antes de la inauguración, aparecía en el número 1.968 de El Socialista  un artículo referente al Palacio de la Diputación Provincial. El título del mismo era muy claro, El caciquismo en Palencia, y los subtítulos resultaban también directos y acusadores: Negocio escandaloso y Un arquitecto aprovechado.

El artículo criticaba el gran negocio que suponía la obra del Palacio de la Diputación Provincial para el autor del proyecto, el arquitecto Jerónimo Arroyo, ya que además era el arquitecto provincial, el dueño de la fábrica que suministraba los materiales para la obra (Gallego y Arroyo), diputado a Cortes por Astudillo y cuñado de Abilio Calderón.

«Como se comprenderá es un gran negocio para el socio de Aldecoa, D. Jerónimo Arroyo, y para D. Abilio Calderón, el cacique de Palencia, los cuales están poniendo toda su influencia política sobre los diputados provinciales, á fin de conseguir que éstos aprueben el dictamen del arquitecto y suministrador de materiales al mismo tiempo, Sr. Arroyo, que en este negocio aparece descaradamente como juez y parte».

Además, se ponía de manifiesto el desprecio de Jerónimo Arroyo hacia el mundo obrero, al haber personalmente prohibido la contratación de los que estuviesen asociados al Círculo Obrero de Palencia, lo que indignaba aún más a los socialistas palentinos.

MÁS CRÍTICAS SOCIALISTAS SOBRE EL PALACIO, SU AUTOR Y SUS DEFENSORES. El martes 27 de octubre de 1914, inaugurado ya el Palacio, apareció en el periódico El Socialista un nuevo artículo firmado por Victoriano Zarzosa, en esos momentos concejal socialista en el Ayuntamiento palentino. Se titulaba Un arquitecto de aptitudes múltiples, acompañado de un subtítulo aclaratorio: Lo de la Diputación de Palencia.

El artículo criticaba duramente la factura del nuevo edificio: «El edificio ‘famoso’ es de pésimo gusto; se halla muy mal emplazado, de forma irregular, dominando en su construcción el estilo gótico churrigueresco, tan recargado de piedra artificial, que á la vista del espectador produce un efecto deplorable. (…) El autor (…) ha querido imitar el palacio de Monroy, de Salamanca, y le ha salido un verdadero buñuelo».

Jerónimo Arroyo quedaba duramente retratado en el artículo, «… porque los socialistas le conocemos y sabemos cómo las gasta. Ya estamos enterados del daño que le hace oír hablar del Centro Obrero y de su vida próspera, y también conocemos los medios que emplea para combatirnos».

Además se recordaba que era el autor del proyecto, el encargado de validarlo en su condición de arquitecto provincial, el proveedor del material y su condición de «hermano político del gran cacique de aquí, emperador de Grijota, D. Abilio Calderón». Se denunciaba así la conjunción de intereses personales, los favores que concedía Calderón, y la conversión de los negocios públicos en negocios privados.

El artículo terminaba criticando a El Diario Palentino por haber publicado un reportaje sobre el nuevo Palacio: «Un periódico que se publica aquí y no sabemos cómo calificarle, ‘El Diario Palentino’, escrito de una manera detestable y que no tiene otra misión que dar bombos á todo el que compra en su casa una caja de plumas, ha tenido el atrevimiento de publicar un número con grabados del edificio y el retrato del autor, el famoso Sr. Arroyo».

LOS CONSERVADORES-MAURISTAS RESPONDEN A LOS SOCIALISTAS. Los conservadores no permanecieron ajenos a estas críticas socialistas que tuvieron eco a nivel nacional. Para ello utilizaron su propia prensa, El Diario Palentino. El 24 de octubre apareció en primera plana un reportaje ensalzando el nuevo edificio, artículo al que se refería Victoriano Zarzosa y que le sirvió para criticar a El Diario Palentino.

Tras las críticas socialistas, el jueves 29 de octubre apareció en El Diario Palentino un artículo titulado En defensa del Arte firmado por Rafael López, que se autotitulaba obrero intelectual.

El eje de su argumentación consistía en poner de manifiesto los escasos conocimientos artísticos de Zarzosa, a juicio del autor del artículo: «En dicho artículo lleno de inexactitudes, manifiestas que este ‘famoso’ edificio es de pésimo gusto, lo mismo que si trataras de definir las propiedades nutritivas del bacalao, del salchichón ó de las latas de conservas, de lo que creo estarás más práctico. ‹Domina en su construcción el estilo gótico churrigueresco  según tus estudios académicos y tu reconocido gusto churro-gresco».  

La última expresión era todo un ataque personal, ya que la palabra churro hacía referencia a algo mal hecho, y la de gresco a la de alguien experto en armar líos o gresca .

Durante unos días, y al calor de su inauguración, el Palacio de la Diputación fue absoluto protagonista al convertirse en símbolo de la lucha entre burguesía y proletariado.

UNA INAUGURACIÓN SIN CEREMONIA. Este ambiente de crítica y enfrentamiento conllevó que el nuevo Palacio tuviese una inauguración sin festejos. El 19 de octubre de 1914 se inició el periodo semestral de sesiones de la Diputación desarrollándose la primera reunión en el nuevo Palacio, quedando así oficialmente inaugurado, sin otro ceremonial. Las propuestas de colocar una placa con el nombre de los diputados que habían puesto en marcha el proyecto y el realizar un almuerzo para festejar el acontecimiento, fueron  rechazadas.

Las críticas no venían sólo de los socialistas, sino que en las sesiones del 19, 21 y 22 de octubre, se debatió el proceso constructivo. Algunos diputados se habían opuesto al informe del arquitecto provincial, Jerónimo Arroyo, que consideraba que las obras «se ajustaban a las condiciones facultativas y económicas». El rechazo a su informe por parte de algunos diputados, provocó la dimisión de Jerónimo Arroyo como arquitecto provincial.

Las críticas también afectaron al coste de la obra, incrementada en casi 100.000 pts. según las cuentas oficiales, al ascender a las casi 600.000, cuando el presupuesto inicial apenas superaba el medio millón, eso sin contar los intereses abonados por demoras en los pagos. Según los socialistas, el coste final fue de un  millón de pesetas

Aunque fue inaugurado el 19 de octubre de 1914, aún quedarían algunas obras menores que se desarrollaron en los años siguientes. En 1962 se amplió al adquirir las antiguas oficinas de El Día Palentino/El Día de Palencia, en la esquina entre la calle Burgos y la calle Berruguete, desplazando las torres y formando el propio Palacio una única manzana.

No se habían terminado las obras cuando el 24 de diciembre de 1966 se produjo un gran incendio en el edificio que afectó, sobre todo, a la planta superior, perdiéndose algunas importantes obras de arte, entre ellas cuadros de Mañanós y Oliva. Esto obligó a una restauración del edificio que adquirió su estado actual.