El arte es universal. Existen diferentes expresiones artísticas que en algunas zonas gozan de gran arraigo. En nuestro país el folclore es precisamente una de esas disciplinas que aglutina a centenares de personas a las que les gusta mantener las tradiciones y también preservar el legado cultural. Jotas, muñeiras, sardanas o sevillanas, entre otras, son algunas de las danzas que se practican en la geografía nacional e incluso fuera de ella. El flamenco por ejemplo es un arte que tiene un gran tirón en países como Japón, y no por ello los habitantes del país del sol naciente, uno de los más apegados a sus ancestrales tradiciones, dejan de mantener sus costumbres.
Eso mismo pasa en una localidad de la Montaña Palentina, Aguilar de Campoo, donde hace tres años nacía lo que es ahora Acerbahe que surgió por las ganas de un grupo de vecinas y vecinos de la comarca por aprender algo que no es muy típico de la zona, las sevillanas. «Un grupo de amigas querían aprender a bailarlas, y yo me ofrecí para enseñarlas. En principio nos reuníamos en un local en la Estación de Autobuses, y desde hace dos años lo hacemos en la discoteca del Hotel Valentín», concreta la presidenta de Acerbahe, Belén Álvarez. Lo que en principio era un reunión de amigos finalmente se materializó en un grupo y posteriormente en una asociación constituida de forma legal y que incluso acaba de entrar a formar parte del programa Circuitos Escénicos.
Un fuerte impulso tomó el grupo cuando se celebró la Feria de Abril de hace tres años en la villa. «Estábamos empezando y varios bares de Aguilar, Barruelo y Herrera nos ofrecieron bailar en ellos, la gente se animó mucho y de allí surgió la idea de hacer una asociación», explica Álvarez.
Aunque fundamentalmente se conoce a la asociación por bailar sevillanas, de manera tradicional y también con sombrero, abanico, falda e incluso pañuelo, también hacen coreografías de pasodoble, chacachá, bachata, tango e incluso ahora están ensayando una basada en el musical Grease y también un danza con abanicos de seda.
Sobre la dificultad para aprender alguno de los bailes indica que «es verdad que las sevillanas no son fáciles pues hay que coordinar brazos y piernas, además de tener una postura elegante. Hay gente que tarda seis meses en aprender y otras personas necesitan varios años, depende de cada uno».
Pese a esa dificultad son una veintena de vecinas, y también algún vecino de la comarca, los que las practican de forma semanal. Un grupo con gente de todas las edades, desde los treinta y hasta los setenta años. «Es algo que da mucha alegría y divierte a la gente», concreta la presidenta de Acerbahe, un nombre que curiosamente surgió de las letras de algunas de las localidades de la comarca de donde eran sus integrantes -Aguilar, Cervera, Barruelo y Herrera-.
Precisamente en toda la Montaña Palentina ya es una entidad muy conocida, pues desde el principio tanto bares, cafeterías, asociaciones e incluso consistorios han solicitado su colaboración en un gran número de eventos. Celebran todos los años la Feria de Abril con actuaciones en establecimientos de la localidad y Barruelo. Han colaborado con la Asociación de Comerciantes Aguilar Te Envuelve en la Fiesta de la Primavera y en el concurso del Un, dos, tres, en el Día Internacional de la Música que se realiza el 21 de junio en la villa y en la Feria del Dulce. También acuden en Navidad a bailar a las residencias de mayores y al Centro de Día de la localidad, e incluso han actuado en las fiestas patronales de Barruelo de Santullán, Aguilar de Campoo y Santibáñez de la Peña. El pasado año también estuvieron en la I Feria de Abril celebrada en Guardo, que tuvo un gran éxito en la localidad norteña.
«Solemos ir también a Reinosa para la Feria de Abril y otras localidades de Cantabria, hemos estado en Pedrajas de San Esteban en Valladolid. En la capital vallisoletana hemos bailado por las calles durante sus fiestas y en el Centro del Círculo de Recreo del Duque de la Vitoria», añade.
Con los fondos que recaudan, compran material para sus actuaciones e incluso han editado 1.000 calendarios de bolsillo que están repartiendo gratuitamente.