Muere un guardia civil tras ser disparado por un delincuente

SPC
-

El asesino, un hombre con múltiples antecedentes penales, arrebató el arma al agente y abrió fuego contra él cuando fue retenido en un control rutinario

Un guardia civil murió ayer en Granada tras ser disparado presuntamente por un «conocido delincuente» de la zona que le disparó con el arma reglamentaria del agente tras arrebatársela en un control rutinario. Horas después del incidente, el hombre de 40 años fue detenido por los compañeros del fallecido.

Según las primeras investigaciones, el guardia civil José Manuel Arcos, de 47 años, casado, con dos hijos y que ingresó en el Instituto Armado en 1993, patrullaba en la madrugada del pasado lunes por Huétor Vega, una localidad cercana a Granada, junto a su compañera, una agente en prácticas, cuando vieron el comportamiento errático de un vehículo. La zona, según algunos vecinos, ha vivido una oleada de robos en las últimas semanas y los miembros de la Benemérita «están en alerta las 24 horas». Al parecer, el Ford Escort sospechoso circulaba a gran velocidad, así que ambos agentes decidieron darle el alto para someter al conductor a un control rutinario. 

El único ocupante del coche, que supuestamente acababa de cometer un robo en Las Gabias (Granada), se bajó del vehículo tras detenerse y, para sorpresa de los guardias civiles, inició un forcejeo con Arcos, al que logró arrebatarle su arma reglamentaria para efectuar un disparo que hirió al miembro de la Benemérita en la ingle. A pesar de que fue evacuado al Hospital de Campus de la Salud y sometido a una operación quirúrgica, el agente falleció por la gravedad de las heridas. Tras los hechos, el sospechoso huyó a pie del lugar del crimen y, posteriormente, habría robado una furgoneta para continuar con la fuga.

Ajenos todavía al estado de salud de su compañero, la Guardia Civil y la Policía Local de Granada iniciaron la Operación Jaula de manera conjunta. El dispositivo policial que montaron dejó cercada la localidad andaluza y sus alrededores, a fin de encontrar al presunto autor del crimen.

Apenas cinco horas después de los hechos, los agentes localizaban la furgoneta robada en el entorno de la rotonda de acceso al centro comercial Serrallo, en la capital granadina. Sin darle tiempo a reaccionar, puesto que los agentes sospechaban que aún llevaba el arma del guardia fallecido, procedieron a su detención y posterior identificación.

Aunque el caso se encuentra bajo secreto de sumario, el presunto autor de la muerte del miembro de la Benemérita, Juan Antonio M. G., de 40 años y natural de Granada, es un delincuente habitual, que fue arrestado primera vez con 17 años y que cuenta con numerosos antecedentes por violencia machista, robo y amenazas.