Pan, amor y arte urbano

A. Benito
-

Fundación edades financia un mural elaborado por el artista aguilarense Fumantwo

Que el diseño incluyera alguna alusión a la montaña. Ese fue el único requisito que la Fundación Edades del Hombre puso al artista aguilarense Fumanrwo cuando le planteó la posibilidad de realizar un mural en la calle La Calleja. Una condición que, no solo le ha permitido trabajar con libertad para alumbrar una obra de arte caracterizada por su inconfundible estilo, sino también aprovechar la ocasión para dedicar su último trabajo a la Montaña Palentina y a todos sus habitantes.

Como no podía ser de otra forma, una chica es la protagonista de esta pieza que ha conseguido dar vida a 23 metros cuadrados de pared. Le acompañan un oso y una vaca, dos animales tan representativos de la comarca como las icónicas montañas que sirven de fondo a un graffiti al que no le falta un positivo mensaje: pan y amor. Tan solo una letra separa esta frase de la consigna con la que, aún hoy, se identifica el movimiento hippie, «pero pan y amor tiene más fondo», apunta el joven, que espera que esta intervención sea un punto de inflexión y sirva para fomentar el arte urbano en Aguilar.

Sprays, proyectores, cinta de carrocero y tres días de trabajo a pie de calle, más del tiempo que lleva desarrollar una idea y plasmarla en un boceto. Esos son los ingredientes que han hecho posible la realización de este proyecto que será financiado por la Fundación Edades del Hombre y en el que también ha actuado como intermediario el Ayuntamiento de Aguilar. Una forma de trabajar que supone una vuelta de tuerca con respecto a la técnica clásica del graffiti, pero cuyo resultado es una pintura que ha conseguido dignificar el espacio, darle personalidad y hacerlo más atractivo. Una pieza que, partir de ahora, se sumará al rico patrimonio artístico de Aguilar.

«La verdad es que está gustando mucho», afirma la dueña de Añil, el comercio que hay justo enfrente de la obra. Y es que decir Fumantwo, es sinónimo de decir éxito en Aguilar, puesto que sus diseños se han convertido en una señal más de identidad en la localidad.

De hecho, muchos fueron los que criticaron el incidente sucedido hace algunas semanas cuando los operarios municipales borraron por equivocación dos de sus obras y muchos son también los que se han alegrado de que el artista haya tenido la oportunidad de realizar este nuevo trabajo en este céntrico lugar que, además, este año es zona de paso entre las dos sedes de Mons Dei.

OTRAS INTERVENCIONES. Pero no solo las paredes de la villa galletera tienen la suerte de servir como lienzo a este artista que también trabaja otros soportes como la madera o el cartón, y en cuya trayectoria también destaca el dominio del vidrio. Cervera de Pisuerga es otra de las localidades del norte de la provincia dónde ha quedado plasmada la impronta de Fumantwo.

No en vano, ayer realizó junto a los usuarios del centro juvenil El Octógono la segunda parte del taller con el que se ha decorado la bolera municipal. Una intervención que ha venido a completar la realizada el año pasado y con la que, además de renovar la imagen del espacio, los jóvenes cerveranos han podido sumergirse en el mundo del graffiti.

La capital también ha sido objeto de la acción artística de Fumantwo, que hace solo unas semanas estuvo participando en el festival Palencia Infame, una iniciativa a través de la cual el joven aguilarense tuvo la oportunidad de realizar una obra de gran tamaño en la persiana de un comercio de la calle Alfonso VIII. Así, desde hace unos días, una de las características mujeres de Fumanctwo vigila los pasos de quienes pasean por este céntrico paseo capitalino.

Y es que, como él mismo señala, «hay mucha gente con ganas de pintar, pero faltan espacios» o, más bien, la cultura de ver el arte urbano como una herramienta de fomentar la creatividad y de devolver la dignidad a ciertos rincones.