La cebolla, el aglomerante de un pueblo

DP
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Palenzuela celebra este domingo la feria de exaltación de este bulbo, cuya variedad horcal tiene unas características únicas, como la fiesta que se organiza en torno a ella

Una de las grandes disyuntivas de la humanidad es si la tortilla de patata debe llevar o no cebolla. Disyuntiva más allá de los límites de Palenzuela, porque en esta localidad de 212 habitantes y en su radio de influencia tienen claro que la cebolla debe estar, sí o sí, en todos los guisos, haciendo de aglomerante, uniendo, todos los ingredientes bajo el paraguas de su presencia.

Pero no cualquier cebolla, sino la horcal cultivada en las alrededor de 120 hectáreas que, en esta zona del Cerrato palentino y burgalés se dedican a esta joya que crece bajo tierra y que comienza a salir a la luz con su color dorado a partir, habitualmente, de finales del mes de agosto. Pero en este año, por las condiciones meteorológicas en la época de la siembra, han comenzado a ser desenterradas coincidiendo con el día que Palenzuela le dedica a este bulbo: el día de la Feria de la Cebolla, que tendrá lugar este domingo y que alcanza su decimoquinta edición.

«15 años ya de una fiesta que comenzó casi sin querer, para dar importancia a la huerta de Palenzuela», afirma Sara Esteban, alcaldesa del municipio ahora y en el momento en el que se impulsó esta fiesta «de lo nuestro, de los productos cercanos», con especial relevancia para la cebolla. «Se trata de una variedad aplanada, amarillenta, doradita, que destaca por su textura y por su sabor», certifica Esteban. «Están ahora preciosas», opina, mientras prepara los últimos detalles de la celebración que Palenzuela desarrollará el domingo desde las 11 horas. «Y no sé por qué, pero ya puedes llevar la misma semilla a otro lado que no saldrán las mismas cebollas», subraya la regidora cerrateña.

En esta feria en el que la cebolla actúa de argamasa para todo el pueblo, para sus vecinos y los de los pueblos de alrededor. «Es importantísima la labor de los diferentes colectivos. Desde los jóvenes a las amas de casa, que colaboran con la degustación de productos «elaborados, obviamente con la cebolla de Palenzuela», como empanadillas, tortillas, 3.000 canapés... «Sin los vecinos y su colaboración sería imposible celebrar esta feria».

Para llegar al punto de la degustación, la feria arrancará a las 11 horas con un pasacalles que abrirá el mercado, en el que los visitantes podrán encontrar puestos de cebollas, lógicamente, pero también de otros productos hortofrutícolas, así como de varias marcas adheridas a Alimentos de Palencia. «Es importante adquirir productos de la zona», alegó Esteban. Tras la recepción de las autoridades, a las 13 horas, dará comienzo una eucaristía castellana cantada y al terminar se inaugurará la muestra de forma oficial y a las 14,15 llegará el momento de la degustación. Por cierto, la cebolla de Oro será este año para el periodista Luis Antonio Curiel. Se le entregará un trofeo elaborado por Bruno Cuevas.

 Durante la tarde, la feria continuará con el mercado y a las 17,30 horas se desarrollará un concierto de música tradicional, dando así pie a que la localidad tenga actividad durante toda la jornada. «La feria tiene tanta variedad y está abierta a tantos gustos que hay gente que viene a primera hora, compra, se toma un café... otros a media mañana, participan de la misa, se quedan a la degustación, compran, se toman algo... y también personas que vienen solo por la tarde, a la feria y a la actuación», detalla la alcaldesa. 

No hay que olvidar que también se pretende poner en valor el patrimonio de la villa, por lo que el Museo permanecerá abierto durante todo el día.

De este modo, en Palenzuela tienen marcado en rojo esta fecha desde hace tiempo. «Es un momento de reencuentro. Personas que llevan años viviendo fuera, aprovechan la Feria de la Cebolla para volver al pueblo, y veraneantes que hasta hace unos años se marchaban en el mes septiembre, prolongan un poco más su estancia para poder disfrutar esta fiesta», en la que la cebolla, sirve, más que para dividir entre quienes la quieren o no en la tortilla de patata, para unir a toda una localidad y una comarca.