La colegiata, más cerca de obtener la declaración BIC

A. Benito
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Un error hizo pensar a las administraciones durante más de medio siglo que el emblemático templo aguilarense contaba ya con esta figura de especial protección. El documento en realidad se refería a la parroquia de San Miguel de Palencia

La Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León ha abierto un período de información pública de un mes para que cualquier persona pueda alegar cuanto estime conveniente al expediente de declaración de la colegiata de San Miguel Arcángel de Aguilar de Campoo como Bien de Interés Cultural (BIC). Un hecho que hace que el emblemático monumento aguilarense esté cada vez más cerca de convertirse en figura de especial protección.

De esta forma se depurará un error administrativo mantenido en el tiempo que se remonta al año 1931. Y es que, aunque el templo figura en el Catálogo Oficial de Bienes de Interés Cultural de la Junta de Castilla y León, esta declaración se basa en un documento que en realidad se refiere a la parroquia de San Miguel, ubicada en la capital palentina.

El portavoz del partido socialista en el Ayuntamiento de la villa galletera, Manuel Merino, era quien daba la voz de alarma hace aproximadamente dos años, momento en el que comenzaban las obras para restaurar las bóvedas de la iglesia parroquial de Aguilar. Tras abordar el asunto en el pleno celebrado en diciembre de 2016, los procuradores socialistas Jesús Guerrero y Consolación Pablos llevaban el tema hasta las Cortes. Así se iniciaba un proceso que está cada vez más cerca de concluir y que colocará, esta vez sí, a la colegiata de en el lugar que se merece.

EMBLEMA DE AGUILAR. Ubicada en el extremo oriental de la plaza de España, la colegiata de San Miguel es uno de los monumentos más relevantes de Aguilar. Su origen se remonta al siglo XIII, no obstante, la mayor parte de la construcción es del primer tercio del XIV, por lo que el templo incluye elementos románicos, góticos y renacentistas.

Aunque no se conoce documentación sobre su fábrica, parece ser que su edificación se realizó de forma continuada, aprovechando los pies del templo anterior. En 1346 estaba concluida, pues consta que en esas fechas el obispo de Sigüenza concedía indulgencias a quienes visitasen el templo.