Acusado de apuñalar a su expareja dice que bebió

Alberto Abascal
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La víctima reconoce ante el tribunal que es «muy posesivo» y que la quería tener «controlada con el whatsapp»

F.M.B., que hoy se sentó en el banquillo de los acusados de la remozada sala de vistas de la Audiencia Provincial para ser juzgado después de supuestamente apuñalar a su expareja con un abreostras en la calle Fernando El Magno de la capital en marzo del pasado año, aseguró ante el tribunal que no recordaba nada de lo sucedido debido a que había bebido mucho alcohol además de ingerir ansiolíticos.

A las preguntas de fiscal, acusaciones y defensa, F.M.B. reiteró que no recordaba nada de lo sucedido en la calle hasta que llegó al Complejo Hospitalario «y me lo contaron los policías». El acusado, soldador de profesión y que reconoció que ya con anterioridad había ingresado en prisión por quebrantar una orden de alejamiento tras ser condenado por un delito relacionado con la violencia de género, insistió en que durante la semana previa a los hechos había ingerido «mucho alcohol»  y que no recordaba nada, pese a que la analítica médica a la que fue sometido no encontró indicio alguno.

Asimismo, sí reconoció que el abreostras que llevaba consigo durante la agresión era suyo y que lo utilizaba cuando disfrutaba de la afición a la pesca.

La víctima, M.M.M., que declaró detrás de un biombo para evitar ver al acusado, corroboró la agresión que sufrió. En este sentido, apuntó que salvo los primeros meses de convivencia, su relación con el procesado «había sido mala. Es una persona obsesiva y me controlaba en todo momento a través del whatsapp».

 Llegó a reiterar que con anterioridad al día de la agresión, concretamente el día 27 de febrero, supuestamente fue amenazada en las escaleras su casa con un cuchillo: «No te mato aquí mismo porque están los niños delante», relató la mujer entre sollozos. M.M.M. explicó que el día de la agresión vio a F.M.B. que corría por la calle hacía ella y tras abrir el coche donde se encontraba «comenzó a apuñalarme por distintas partes del cuerpo, mientras nuestro hijo mayor le imploraba al tiempo que me ayudaba: papá para, papá para». La víctima también indicó ante el tribunal que nunca le había visto con un abreostras entre sus pertenencias.

Por lo demás, el juicio prosiguió con las pruebas testificales hasta que quedó suspendido hasta el próximo día 24 de septiembre con el interrogatorio del resto de testigos citados para esta causa y la lectura de los informes finales antes de declarar el juicio visto para sentencia.

Los hechos juzgados se remontan a las 10,00 horas del 4 de marzo de 2017. Según  los escritos de las acusaciones, la víctima aparcó su vehículo en la Calle Fernando El Magno de la capital con sus dos hijos menores de 1 y 5 años en el interior. El fin era entregar a los niños al hombre de acuerdo con el régimen de visitas. 

El acusado, desde lejos, hizo señas a su ex pareja para que se aproximara al portal, no haciéndolo la víctima por miedo. De hecho, la mujer no llegó a salir del coche. Fue entonces cuando al ver venir corriendo al acusado la mujer intentó cerrar el vehículo sin conseguirlo debido a los nervios. El hombre, siempre según la versión de las acusaciones, supuestamente abrió la puerta del copiloto y asestó a su expareja varias puñaladas de uno a dos centímetros cada una con un cuchillo abreostras. 

La acusación particular ejercida por la mujer, M.M.M.,  pide inicialmente para el acusado un total de 17 años y medio de prisión, así como varios años de alejamiento tras cumplir la pena que le puedan imponer, al incluir también la comisión de los delitos de amenazas y maltrato habitual.

Se trata de la misma calificación que ha suscrito la Asociación Clara Campoamor, que ejerce la acción popular en este caso. Por su parte, la Fiscalía ha rebajado esta petición de penas a un global de 11 años de cárcel al calificar estos mismos hechos de tentativa de homicidio y amenazas.