Lo que escribió Pablo antes de ser Podemos

ISRAEL GARCÍA JUEZ
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Abran este libro por cualquier página y encontrarán titulares para los periodistas, ánimo para los pobres y política de verdad frente a la casta que tanto denuncian

Lo que escribió Pablo antes de ser Podemos - Foto: JUAN LAZARO

Pablemos, olemos, el coletas, son solo algunos calificativos que utilizan los poco ingeniosos para definir un movimiento que, de momento, lo único que ha hecho es algo tan revolucionario como pensar, educar y discutir en el ámbito político. Hace un año, yo me enfrentaba en Intereconomía TV a Pablo Iglesias, a su novia Tania Sánchez, de IU, a veces a los dos a dúo, en el mundo de las ideas con planteamientos que eran tan poco realistas como los que ofrecen en la actualidad. La diferencia es que ahora les votan 1,2 millones de españoles, se perfilan como tercera (¡ojalá!, rezan en el PSOE) fuerza política y prueba de su éxito es que ya tienen importantes tensiones dentro del partido que fundaron Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Luis Alegre, Íñigo Errejón y Carolina Bescansa.

Los críticos Echenique y Teresa Rodríguez, eurodiputados ambos por Podemos, no acudieron a la presentación del libro Disputar la democracia, cuyo valor está en que recoge, según el autor, el pensamiento de este profesor universitario de izquierdas cuando solo era precisamente eso.

Pablo Iglesias, hijo y nieto de socialistas, congregó a 300 personas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid para desvelarles cómo es la política en tiempos de crisis. Tampoco se hallaba Tania Sánchez, que supongo que estaría en alguna tertulia ganando unos euritos para tan singular pareja.

- Foto: JUAN LAZARO Como este chico no puede hacer nada normal, el acto se celebró un viernes a las cinco de la tarde, a lo que sumó media hora de retraso maleducado. Quise disculparle pensando que igual venía de Bruselas, pero le pudieron ustedes ver por la mañana en su cadena fetiche, La Sexta, y en el programa Al rojo vivo, discutiendo con su amigo Monedero. Gracias a este tiempo adicional, pude leer el resumen de prensa de una obra que tiene un PVP de 15 euros y 186 páginas en las que se habla de lo mal que lo han pasado siempre los pobres, del mucho bien que hizo Robespierre (ese que empezó guillotinando a los nobles, luego pasó a los ricos comerciantes, y después a todo el que le daba los buenos días) para llegar a la conclusión actual de que como son alternativa de Gobierno, deben moderar su mensaje para ser un partido transversal cuyos votantes procedan de todos los estamentos sociales y no del perroflautismo, de los saltimbanquis ni de los renglones torcidos.

Aquí reside la clave, pues si bien es cierto que el libro habla de todos los grandes pensadores progresistas y sus planteamientos a veces utópicos, el mismo escritor acuerda un año después que todo este conocimiento solo vale para demostrar que tenemos una casta política sin formación, ni moral, que no se merece España y que hay que moverles de sus poltronas. Algo que es muy bueno, creo yo, para los ciudadanos pues la competencia siempre hace que la gente se espabile.

Cuando era pequeño, había una mortadela que se anunciaba en la tele y que aseguraba que la cortaras por donde la cortaras siempre aparecía la cara de Mickey Mouse. Bien, pues si abren este libro por cualquier página podrán encontrar siempre titulares para los periodistas, ánimo para los pobres y reproches a la política con minúsculas que todos tenemos que padecer.

Aunque Pablo es sumamente aburrido, está más que pagado de sí mismo y habla la mayor parte del tiempo de gente que ya está muerta y de cosas que muy pocos conocen. Yes que el efecto que tiene sobre la gente es más que sorprendente.

Lo mismo le ocurre al joven Íñigo Errejón, el Xabi Alonso de Podemos, que se burla de Rajoy o de Pedro Sánchez afirmando que no busquen bibliografía sobre su pensamiento porque no tienen ninguna.

Carolina Bescansa y Luis Alegre conforman un tándem pacífico, pero rotundo que, desde el sosiego, consiguen encauzar toda la frustración española alimentada cada día con un nuevo capítulo de chorizadas, pillerías y trinques cometidos por los grandes partidos y sus amiguetes.

referencias a venezuela. Cerramos cartel con Juan Carlos Monedero, que estaba sobrio a diferencia de otras declaraciones suyas escuchadas en otros ámbitos. Con cierta ironía, pedía disculpas por hablar de Venezuela, de términos con algo de carga violenta y de cómo otros académicos se burlaban de sus planteamientos desde el rigor... mortis.

En fin, estos cinco doctores que son profesionales del pensar tienen la oportunidad única de sacudir las conciencias de nuestro politiqueo patrio y de demostrar si son capaces de llevar a la práctica aquello que tanto cacareaban en salones y comunas.

Creo, como español, que hemos llegado a tal grado de podredumbre en el ámbito político que únicamente con una fuerte competencia conseguiremos que los que, hasta ahora nos han dirigido, sientan el aliento en el cogote.

Si en algo son muy claros es que van a llevar al patíbulo todos los excesos, prebendas, jetadas y demás trapacerías que descubrimos con cuentagotas cada día al abrir los periódicos.

Todos ellos lo anuncian y lo escriben para que conste en acta. Una prueba última de que van adaptando manías de los políticos de siempre es que había dos niñas de menos de cinco años, creo que una era hija de Bescansa, que aplaudían, corrían por el escenario y buscaban los brazos de su mamá en medio del acto para rebajar el tono belicista que algunos les imputan.

Permítanme que con este estrambote me despida, pues no llego al siguiente acto que les quiero relatar.