Lubitz ensayó en el vuelo previo al accidente cómo estrellar el avión

AGENCIAS
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El copiloto del Airbus siniestrado en los Alpes manipuló, hasta cinco veces, los parámetros automáticos para realizar un «descenso injustificado» en la ruta inversa a la de la tragedia

Las autoridades siguen armando el rompecabezas del por qué y el cómo el copiloto alemán Andreas Lubitz estrelló deliberadamente un avión de Germanwings contra los Alpes franceses provocando la muerte de 150 personas. En este sentido, la Oficina de Investigación Francesa (BEA) hizo público  ayer su informe provisional sobre el accidente en el que destaca que el presunto autor de la masacre ensayó su acción, hasta en cinco ocasiones, en el vuelo precedente.

Según los investigadores, el copiloto manipuló la programación del avión en un vuelo realizado el 24 de marzo de Düsseldorf a Barcelona. Es decir, el mismo día de la tragedia, pero horas antes, y en la misma ruta, aunque a la inversa. La información aportada por el Registrador de Datos de Vuelo (FDR), una de las cajas negras del aparato, pone de manifiesto que en ese primer vuelo, Lubitz accionó por primera vez el instrumental para que el avión descendiera a 100 pies segundos después de la salida del comandante de la cabina, y lo hizo en otras cuatro ocasiones hasta que volvió su compañero.

El gráfico con los datos del selector de altitud de la aeronave muestra que el copiloto descendió el Airbus transcurridos unos segundos de la salida del comandante de la cabina, a las 7,20 horas y 50 segundos. Tras hacerlo brevemente otra vez y recuperar de nuevo la altitud correcta,  volvió a programar una bajada a 100 pies a las 7,22 horas y 30 segundos y mantuvo esa altitud durante unos 50 segundos. El último cambio de parámetros se prolongó durante pocos segundos y terminó justo antes de que el comandante llamara para volver a entrar en cabina. Según explicó el director de la BEA, Rémi Jouty, ni los controladores aéreos ni la tripulación observaron movimientos inusuales de la aeronave al haber tenido lugar en el marco de un descenso programado.

En cuanto al accidente, las cajas negras confirman que el segundo de a bordo del Airbus siniestrado actuó de forma premeditada en el momento del siniestro. «Se puede deducir que actuaba conscientemente y que todas sus acciones tenían el mismo objetivo, estrellar el avión», afirmó Jouty.

Sobre esta cuestión, explicó que el centro de control de Marsella llamó «en 11 ocasiones» y no hubo «ninguna respuesta», lo mismo que le ocurrió al sistema militar de defensa francés que «intentó contactar» con el vuelo en «tres ocasiones». En esos minutos, además, sonó la llamada del comandante para poder acceder a la cabina y no hubo reacción alguna.

Según el informe provisional, poco antes del choque, el joven movió ligeramente el volante del avión, aunque esa operación no fue lo suficientemente firme como para desactivar el piloto automático. Al respecto, los investigadores indicaron que no quieren especular sobre ello.

En este sentido, las autoridades explicaron que sus indagaciones se van a centrar ahora en «los fallos sistémicos que podrían haber conducido a este accidente» basándose en dos líneas «principales». Por un lado, analizarán la relación actual entre «la confidencialidad médica y la seguridad del vuelo». Asimismo, se estudiará el sistema de protección de la cabina de mando de las aeronaves.

Limitaciones. Por otro lado, los investigadores señalaron que, en su licencia, se indicaba que Lubitz tenía una limitación y remitía a los médicos encargados de examinarle a comprobar su historial médico previo.

En abril de 2009, el centro de medicina aeronáutica de Lufthansa, compañía matriz de Germanwings, se negó en dos ocasiones a revalidar su certificado de aptitud después de que sufriese una depresión tratada con medicación. Cuando en julio de 2009 se le concedió una nueva licencia, ésta contaba con el denominado Specific medical examinations, que establece que los doctores deben ser informados de la historia médica previa del paciente antes de proceder con la evaluación. Desde julio de 2009, Lubitz obtuvo cada año un certificado que especificaba esas restricciones especiales. El último lo logró el 28 de julio de 2014 y tenía validez hasta el 14 de agosto de 2015.

Lubitz luchó contra la depresión y el día del siniestro había sido dado de baja, pero el copiloto escondió el justificante médico.