Sexta derrota consecutiva del Quesos CerratoPalencia, que en la visita del MyWigo Valladolid, un rival en una dinámica positiva, diametralmente opuesta, peleó pero se vio superado en el cómputo general del choque hasta el 67-76 definitivo.

Lo peor, la lesión de Xavi Forcada, a la espera de que se concrete el diagnóstico, que vuelve a hacer mella en la moral de un equipo afectado sobremanera por los problemas físicos.

El partido comenzaba igualado, con un primer periodo de alternativas en el marcador, donde los palentinos ofrecían una buena defensa por momentos, partiendo del inicial triple de Greg Gantt. Fue un primer acto en el que las distancias en el marcador eran estrechas hasta el 9-10 que situaba Tomas Hampl con un mate, aunque los pucelanos hicieron una tentativa de escaparse a continuación. Con 3:36 en el reloj Natxo Lezkano ya solicitaba un tiempo muerto con 9-15.

Reaparecía Jon Cortaberría con un triple (12-15). Eran los primeros puntos de un parcial (9-0) favorable a los locales que pondría por delante al Quesos Cerrato. Solo una canasta de Román Montañez sobre la cocina impediría una mayor ventaja morada al final del periodo (18-17).

Una buena penetración culminada con una bandeja de Óscar Alvarado situaba por delante a los visitantes (18-19), que ya dominarían con claridad todo el segundo periodo. Los de Porfi Fisac iban aumentando la diferencia (18-26 a 6:36 del descanso), motivando de nuevo a Lezkano a detener el choque). Sin embargo, el MyWigo Valladolid todavía aumentaría la ventaja antes del intermedio. El triple de Sergi Pino, a un minuto del final del acto, marcaba una brecha de 11 puntos entre ambos, 28-39. Y otra canasta del alero visitante sellaba el 28-41.

Por entonces ya había abandonado la pista lesionado Forcada, con medio encuentro por disputarse. Sin llegar al intermedio había jugado 17 minutos. En el otro bando había actuado el júnior palentino Daniel Manchón, unos segundos en el final del periodo.

El duelo se reanudaba con un triple de Cortaberría (31-41) y la diferencia se estabilizaba en torno a la decena de puntos, con los vallisoletanos marcando el ritmo del partido en todo momento y con el acierto de Pino (que anotaría dos triples consecutivos para poner el 33-47). Los locales recortaban cinco puntos y se llegaba a la recta final del periodo, que concluiría con esos diez de más en el bando visitante (47-57). Faltaban diez minutos de un quiero y no puedo de los palentinos, que llegaron a acercarse en el marcador a dos puntos con cinco minutos por delante (con Forcada y Urko en el banco, uno lesionado y el otro en un prolongado descanso decidido por su técnico -los tres últimos minutos del tercer periodo y los siete primeros del cuarto-).

Pero cuando los palentinos se acercaron (61-63), todavía con cinco minutos por jugar, apareció Román Montañez para volver a romper a la defensa palentina (61-71). Entre el escolta y el base Míkel Uriz (haciendo daño a los bases palentinos, forzando la máquina ante las deficiencias físicas de la dirección local tras la lesión de Forcada) destrozaron a los morados. Además., el 56% en los triples visitantes segó de raíz cualquier atisbo de remontada palentina. Sexta derrota seguida antes de viajar a Burgos.