El humorista gráfico Iván Huerta Cuesta, autor de la viñeta que Diario Palentino publica en la última página excepto en verano que se incluye en páginas interiores, expone hasta el 16 de octubre en la Biblioteca Pública de Palencia bajo el título Anatomías. La muestra consta de ocho obras, realizadas a carboncillo y pastel blanco (en una con algo de color), de 100 por 75 centímetros.
El dibujante explica que la exposición es fruto de lo que ha aprendido en los últimos meses en torno al cuerpo humano en el estudio del ilustrador Raúl Allen, en Valladolid, que pone a disposición modelos para trabajar la anatomía. «Lo que presento me apetecía que fuera sin excesos, ni color, ni marcos. Quería reflejar luces y sombras». Es su primera muestra con el cuerpo humano como protagonista, y lo que pretende, dado que «la anatomía es imprescindible en el dibujo», es reflejarlo de alguna manera, además de haberse autoimpuesto el reto de preparar una exposición.
«Me interesa no solo la anatomía en consonancia con los cánones, otras son igual de hermosas. Esa era la intención», subraya Iván Huerta, que agradece a todas y cada una de las personas que han posado. «Se han prestado para hacer algo así y se lo agradezco; son personas reales, amigos, y supone un atrevimiento». En una de las obras el modelo es él mismo, «en parte por necesidad, hay gente que se prestó a posar, pero no todos los necesarios, y yo estaba bastante a mano. La pose que me he escogido es la de una escultura, Gálata moribundo. Para mí me reservé esa postura, a los demás les di plena libertad».
Este incursión en el desnudo «no representa» una ruptura, es más bien «una reivindicación a mi mismo; que soy capaz de hacerlo, y que los demás vean algo más que las viñetas del periódico. Tengo necesidad de reflejar otras cosas; me gusta pintar, disfrutar del paisaje, la anatomía. No renuncio a la viñeta porque ya forma parte de mí, pero también quiero dejarme ver, enseñar lo que soy capaz de hacer». Así, habla del reto de exponer anualmente, y para una próxima muestra le gustaría hacer algo de óleo. «El año que viene quizá el desafío sea trabajar con el óleo, que me gusta mucho, me atrae -el carboncillo tiene la ventaja de no esperar a que seque-, y pintar paisajes, más rurales que urbanos, y seguir evolucionando, aprendiendo».