Las condiciones climatológicas de la pasada primavera, con lluvias y altas temperaturas, han favorecido la floración y eso ha permitido que las abejas hayan podido expandirse y crear colmenas en diferentes emplazamientos. A la abundancia de flora esta primavera se suman las malas condiciones meteorológicas del año pasado, donde la sequía y las heladas hicieron estragos y se produjo una alta mortandad. De ahí, que la tendencia a la enjambrazón de las colmenas -mecanismo natural de reproducción de la colonia-, ahora sea mayor.
«Las reinas y las abejas han sufrido mucho porque debido a las lluvias han estado encerradas mucho tiempo y no han podido salir, lo que ha derivado en una mala enjambrazón. Ahora, tras venir de una dura sequía, es complicado retenerlas, más cuando hay flores por todos los lados y más polen que nunca», apunta Francisco Salvador, responsable del área apícola de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL).
Estas condiciones han provocado un importante aumento de estos insectos en el campo, aunque su presencia también destaca este año en el entorno urbano, algo que no es habitual. De ahí que ese más que respeto que se tiene a las abejas, más bien a sus posibles picaduras, haya provocado un aumento de los avisos a emergencias para retirar enjambres.
El Servicio de Emergencias de Castilla y León 112 está recibiendo este año un importante número de llamadas relacionadas con las abejas, aunque la mayoría de ellas se centra en la retirada de enjambres por motivos de seguridad en zonas de tránsito y no en la atención sanitaria por picaduras. En la capital, los bomberos han realizado más de 60 salidas, una cifra que revela el aumento de este tipo de intervenciones respecto a otras anualidades, en las que apenas se produjeron una decena.
incidentes puntuales. Afortunadamente, a pesar del aumento de enjambres en la provincia, el número de incidentes provocados por estos insectos no es elevado. Es más, los profesionales apicultores indican que no hay que tener miedo a estos insectos, pues los percances que se producen son puntuales. El caso más llamativo es el que se produjo hace dos semanas cuando un vecino de Meneses, que circulaba en bicicleta en dirección a Belmonte, fue atacado por un enjambre de abejas. Con más de 500 picaduras en su cuerpo, el hombre tuvo que ser trasladado de urgencia en helicóptero al Hospital Clínico de Valladolid.
«Son casos excepcionales. Pueden ocurrir accidentes con abejas como con cualquier otro animal, pero normalmente no pasa nada, no hay que crear alarma social», señala el apicultor Francisco Salvador. Salvador es uno de los 17 profesionales dados de alta en Palencia, esto es, que tienen más de 150 colmenas, mientras que 674 no son profesionales. Según los datos facilitados por el Servicio de Agricultura, en la actualidad hay 691 explotaciones con 14.666 colmenas. En Castilla y León alcanzan las 400.000, destacando la actividad en las provincias de Salamanca, Burgos y León.
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