El escenario es para jugar

C. Zapatero Flórez
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Los jóvenes alumnos de la Escuela de Teatro del Ateneo debutaron sobre las tablas del centro cultural Lecrác con una doble función que compartió aventuras infantiles y reivindicación social

El escenario es para jugar - Foto: Eva Garrido

Son diecisiete niños y adolescentes de entre 6 y 17 años, pero, cuando se suben al escenario, se transforman por un rato en los personajes de dos obras que hacen las delicias de todo el patio de butacas.

Así fue el estreno de la Escuela de Teatro del Ateneo, que debutó la semana pasada sobre las tablas del centro cultural Lecrác. Una doble función en la que actores y actrices salieron «a jugar», como explica su director técnico, Abraham Nieto, y con la que consiguieron que el público se divirtiera tanto como ellos.

Pese a su corta andadura, y a ser para todos ellos la primera vez que pisaban un escenario, se han decidido a poner en escena dos obras, repartiéndose en grupos de acuerdo con la edad: de 6 a 14 años por un lado, y de 15 a 17 por otro.

Los más jóvenes, también los más numerosos, trasladaron a los espectadores a un curioso desván. Con guión de Abraham Nieto, al más puro estilo de las novelas de aventuras de Enid Blyton, El desván es una historia de aventuras a la que los pequeños han respondido muy bien.

«Tienen muchas ganas de aprender y de hacer teatro», asegura Nieto, para quien lo más importante es que lo vean como un juego y salgan a escena a pasárselo bien, a hacer grupo y a disfrutar juntos.

Por su parte, los más mayores dieron vida a Sin mirar. De temática más social y firmada por Juan Francisco Rojo, es una historia sin nada que envidiar a las novelas referentes de la literatura juvenil como las de Jordi Sierra i Fabra. Se centra en el respeto a la diferencia y en unos personajes muy especiales para enviar un mensaje claro: la riqueza que supone que todo el mundo sea distinto.

Pese a que los jóvenes intérpretes se metieron sin problemas en la piel de cada uno de los personajes, Abraham Nieto manifiesta que no creen en el «talento». «Queremos que vengan a jugar y vienen a jugar», subraya. «No pretendemos encontrar al próximo Antonio Banderas ni a la próxima Penélope Cruz, ojalá que veamos a cualquiera de ellos recoger un Goya o un Oscar algún día; lo que queremos es que tengan un primer contacto con el teatro».

Ese interés por la dramaturgia no solo viene del Ateneo, sino que explican que la iniciativa surge por necesidad. «Sabíamos que muchos padres querían llevar a sus hijos a teatro y en Palencia no hay una gran oferta», afirma. Añade que esta disciplina puede servir de ayuda a los más pequeños para expresarse y entender que el trabajo en equipo es algo fundamental. Y además, recuerda que «todos los niños hacen teatro en su vida normal».

con nombre propio. La Escuela de Teatro del Ateneo, fundada el pasado mes de septiembre, cuenta con el respaldo de personalidades con nombre propio dentro del ámbito teatral. Entre sus impulsores está, por ejemplo, Antonio Hermoso. El que fuera creador y director del primer grupo de teatro de Palencia es ahora director honorífico de esta escuela.

Por su parte, después de haber sido directores y actores en varios grupos de teatro aficionado tanto en la capital como en la provincia, Juan Francisco Rojo y Abraham Nieto ocupan los cargos de director y director técnico, respectivamente. También dispone la Escuela de dos asesores: Julio Izquierdo y José Carlos Maté.

Tras el éxito cosechado con sus primeras obras, los responsables de la recién creada Escuela de Teatro del Ateneo ya están pensando en representar otras funciones nuevas a final de curso.

Las inscripciones para el segundo trimestre están abiertas, con una cuota general de 25 euros. Se pueden realizar durante el mes de enero en el propio Ateneo, ubicado en la calle Santa Teresa de Jesús, 4, o también en su web www.ateneodepalencia.com.

Los más pequeños, hasta los 14 años, ensayan los martes de 17 a 19 horas en el Ateneo. Los mayores, por su parte, lo hacen los jueves, también de 17 a 19.