2018 se cerró con la segunda cifra más baja de fallecidos

O.Herrero
-

Una decena de personas perdió la vida en los nueve accidentes de tráfico mortales registrados

2018 se cerró con la segunda cifra más baja de fallecidos

Cualquier cifra por encima de cero es una mala cifra en este caso, pero tampoco hay que perder la perspectiva para poder destacar la baja siniestralidad mortal que han registrado las carreteras de la provincia de Palencia, convirtiéndose el año 2018 que acabamos de cerrar en el segundo ejercicio con menos víctimas mortales en la provincia, a la par que la anualidad  de 2016, con 10 fallecimientos, solo por encima del año 2015, que es, desde que se mantienen registros modernos, el año con menos muertes: 6

Pese a que los datos son de los menos malos y contrastan sobre manera con los 79 muertos que se cobraron las carreteras palentinas en el año 1989 (el más luctuoso en la provincia, según los datos de la DGT), cabe destacar algunos aspectos como el hecho de que una tercera parte de los fallecidos fueran ciclistas. De hecho, la primera persona que falleció el pasado año fue un ciclista de 69 años, que se cayó, sin mediación de causas externas aparentes, y se golpeó contra la cuneta de un camino en el término municipal de Saldaña.

En los otros dos accidentes con ciclistas implicados, sí hubo otros vehículos implicados. En uno, en una colisión entre una moto y una bicicleta en el camino de San Román (PP-9008) acabó con la vida de un octogenario; mientras que un stop no respetado por un peregrino francés septuagenario en bicicleta provocó que un vehículo lo arrollara en Melgar de Yuso.

Destaca igualmente la edad de buena parte de los fallecidos este año en la provincias, y es que de los diez, siete habían superado ya la edad de jubilación hacía años, con edades desde los 69 a los  87 años.

En el extremo opuesto, la víctima mortal más joven fue una mujer de 31 años, que sufrió una salida de vía y volcó en uno de los tramos en los que la A-67 tiene peor asfalto. 

A este respecto, cabe mencionar que solo dos accidentes mortales tuvieron lugar en autovías (hubo otro en la A-62), frente a los 6 de las carreteras convencionales, uno en un camino y el atropello mortal que se registró durante el puente de la Inmaculada en la capital palentina y donde falleció una mujer de 83 años. 

En cuanto a las carreteras convencionales, destacar que en las vías en las que se extendió una mayor vigilancia de la velocidad, así como medidas para controlar el paso de fauna sobre la calzada, como la CL-615 y la CL-613, no se produjo ningún accidente mortal, algo que no ocurría desde 2012.

De hecho, la accidentalidad general se redujo en un 13% durante los 12 meses de funcionamiento de los radares de tramo, según informó la DGT. Un porcentaje que se sumaba a la caída de la accidentalidad con heridos registrada en 2017, cuando se empezaron a aplicar este tipo de medidas.