Con volantes y lunares

Rubén Abad
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La 'II Feria Rociera de San Isidro' de Guardo anima a cientos de vecinos de la Montaña Palentina a vestirse con los trajes típicos de Andalucía • Una docena de expositores participan en un mercado en la plaza de la Constitución

Como si de una típica fiesta del sur de España se tratara, las sevillanas, el cante flamenco y la copla volvieron a sonar ayer con fuerza en las calles de Guardo con motivo de la celebración de la Feria Rociera de San Isidro. La localidad minera repetía fiesta tras el éxito cosechado el pasado año, fecha en la que el Ayuntamiento creó este peculiar evento para dar la bienvenida a la primavera tras un frío, largo y duro invierno.

Los guardenses hicieron gala durante la soleada jornada de su simpatía, buen humor y ganas de diversión. Para ello, desempolvaron los trajes de lunares, las faldas de volantes, las peinetas y los pendientes de coral para dar colorido y vistosidad a esta fiesta que ha irrumpido con fuerza en el calendario ferial del municipio norteño.

La jornada comenzó al mediodía en la plaza de la Constitución, donde se instalaron una docena de expositores en un mercado de pequeño formato, una de las novedades de esta edición, en la que se podían adquirir productos de alimentación, ropa y complementos. Junto a los stands se colocó una exposición de aperos antiguos de labranza en la que no faltaron las azadas, las horcas o las primeras máquinas que se utilizaron en el campo, que sirvieron para que los más pequeños conociesen cómo era el trabajo en las tierras de labranza hace varios años y para que los veteranos recordasen viejos tiempos.

A escasos metros de allí, concretamente en la Estación de Autobuses, se ultimaban los preparativos del pasacalles, un gran desfile por el casco urbano en el que participaron cuarenta jinetes vinculados a la Asociación Amigos del Caballo, carros de todos los tamaños engalanados para la ocasión, vecinos de la villa vestidos con trajes típicos del folklore andaluz y el grupo de sevillanas aguilarense Acerbahe, compuesto por una docena de integrantes.

La avenida Castilla y León, la Calle Mayor o la plaza de la Fuente de los Cuatro Caños fueron algunos de los lugares que se llenaron de sentimiento andaluz durante horas. El desfile concluyó en la plaza de la Constitución, donde las alumnas de la especialidad de flamenco de la Escuela de Música, Danza y Teatro de la Agrupación Musical de Guardo (AMGu) ofrecieron un cuidado recital que fascinó a los cientos de personas que contemplaron el espectáculo.

Tras un merecido descanso a la hora de la comida, en la que los colaboradores del evento disfrutaron de un convite de hermandad, llegó el turno de las actividades vespertinas.

La primera de ellas consistió en un taller infantil de manualidades y complementos en el que participaron numerosos chavales de la comarca. Acto seguido, tuvo lugar uno de los momentos más esperados de la Feria Rociera: la exhibición sobre el escenario de Acerbahe, que bailó al ritmo de sevillanas, pasodobles y una coreografía de Bailando, uno de los temas más conocidos del cantante Enrique Iglesias.

El gremio de hostelería también se volcó con esta fiesta. Muchos restauradores de la villa se caracterizaron y ambientaron sus negocios con farolillos de colores y banderolas desde el viernes. Además, ofrecen -también hoy- bebidas típicas de Andalucía tales como su popular y refrescante rebujito.