Un punto más, un partido menos

Alberto Moreno
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Un punto más, un partido menos - Foto: dp

1 BECERRIL

Sevi

Héctor

Arquero

 - Foto: dp Loma

Dani (A)

Sergio

Fran

(81’ Adri)

Crespo

(68’ Rubén)

Blanco

Melero

(43’ Merino)

Oli

1 BUPOLSA

Álex

Bruno (A)

(46’ Cachorro)

Cristian

Bellido

Guirado

Ivanito (A)

Zamora

(73’ Bruju)

Turzo

Pekas

Guti

Gallo

(87’ Márquez)

arbitro

Gaspar Barajas, vallisoletano. Asistido por Gómez Díez y ReinosoMangas.

goles

0-1, minuto 9: Saque de esquina, el balón queda colgado, no se ataca el despeje y le cae a Bruno en la misma línea de gol para marcar en el segundo palo a portal vacío. 1-1, minuto 25: Internada de Melero, que le gana en velocidad a Bruno, que le derriba dentro del área. El propio capitán morado se encarga de ejecutarlo.

público

Unos trescientos espectadores en las gradas. Algunos de ellos echaron en cara a los burgaleses la intensidad mostrada, recordando la pasada temporada, cuando el Becerril viajó a Burgos con los reservas, ganando el Buroil Bupolsa aquel partido y ascendiendo como tercero de grupo a Tercera División.

Hubo un partido antes de la lesión de Melero y otro tras la marcha del capitán morado, aunque, curiosamente, en ambos periodos de tiempo el marcador estuviese equilibrado. Melero es el alma del Becerril, el jugador franquicia, como le denomina José AntonioHernando, su técnico. Con él, las luces ofensivas se encienden. Le buscan como recurso y es capaz también de fabricarse él solo la jugada, como la que protagonizó en el tanto del empate.

Ayer, en esa posición de nueve mentiroso, trajo en jaque a la lenta cobertura visitante. Se mete entre líneas y es capaz de sacar el balón entre una nube de piernas, sabe ganar la espalda a la zaga y en el uno contra uno es capaz de irse de cualquiera. A la mejor versión de Melero se sumó un Héctor rapidísimo y un Blanco con criterio en el medio centro. El Becerril comenzó de forma brillante el encuentro, recuperando fácil el balón gracias a su buena presión, llegando una y otra vez al borde del área visitante y generando ocasiones de gol en pocos minutos, como la de Crespo y el propio Melero cuando el crono no había llegado al minuto siete. Era un juego eléctrico y fluido, pero el Becerril volvió a cometer un error desconocido hasta hace pocas jornadas: su debilidad en los balones parados. Un saque de esquina, una prolongación nada tensa, un balón caído con nieve del cielo sin que nadie acertase a atacarlo y el regalo que le caía a Bruno, que pasaba por allí, para adelantar a los burgaleses.

Tuvo la virtud el cuadro morado de no venirse abajo por el mazazo, aunque Guti desaprovechase poco después una gran oportunidad tras la galopada del veloz Zamora. Melero seguía a lo suyo, haciendo daño cada vez que entraba en contacto con el balón. Provocó el penalti y empató el choque a los 25 minutos. Partido nuevo, pero con una dinámica favorable que pudo concretarse en gol en una oportunidad de Blanco que salvó Álex. Pero el sino del Becerril en esta temporada es entrar en un tobogán, en un sube y baja de emociones. Melero pedía el cambio por una lesión muscular antes de acabar la primera parte. Un mazazo para los palentinos. Sin su referente, había que tirar más de casta, de empuje.

La segunda parte fue otra cosa. El Bupolsa pareció respirar y al Becerril le faltaba claridad, que no brega, que nunca falta, y hasta cierto oxígeno. Y es que jugar siempre al límite, obligado por su situación en la tabla, genera desgaste. El partido entraba en una fase de ida y vuelta. Bupolsa llegaba con peligro de la mano de Pekas, que perdonó en un par de ocasiones claras, mientras que los locales lo hacían a base de arreones, de empuje, de amor propio y aun así tuvieron también ocasiones para adelantarse en el marcador, aunque su juego no fuese tan fluido como en la primera electrizante media hora de juego. Merino tuvo un par de ellas y en los instantes finales el Becerril acorraló al Bupolsa en su parcela, teniendo dos claras opciones en las botas de Adri y Blanco, pero faltó la frialdad y confianza para poder concretarlas.

Tras haber derrotado al líder, el punto ante el equipo burgalés puede saber a poco, pero fríamente hay que mirarlo todo más globalmente. No es mal balance haber sumado cuatro puntos ante estos dos rivales de entidad.

Un punto que se recorta y quedan cuatro jornadas por delante. El Becerril quería llegar a esta recta final de la temporada vivo, con aspiraciones y lo ha conseguido. Cierto es que con desventaja sobre rivales directos, pero no lo es menos que sigue dependiendo de sí mismo para alcanzar el objetivo de la permanencia. Tiene un calendario que se dulcifica, aunque no significa que sea fácil. Nadie regala nada aunque nada se juegue. Ayer fue la prueba. Eso sí, sin Melero un par de partidos.