Un año para disipar la sombra del dopaje

AGENCIAS
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El 'deporte rey' del olimpismo quiere sacudirse las sospechas de cara a los Juegos de Río

Con nuevo presidente y subido a los hombros del incombustible Usain Bolt, el atletismo tiene por delante 340 días para recuperar la credibilidad antes de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Los Mundiales de Pekín dejaron al jamaicano Ussain Bolt siendo de nuevo la estrella, pero la sombra del dopaje sobre el deporte rey del olimpismo es todavía demasiado grande. «¿Puede ser más limpio? Pienso que sí. ¿Podemos hacer las cosas de forma diferente? Me atrevería a decir que también. ¿Podemos hacer más? Espero que sí», señaló el británico Sebastian Coe, que asumió ayer, de manera oficial, la Presidencia de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo en sustitución del senegalés Lamine Diack.

Actualmente, según la lista oficial de este organismo, hay 277 atletas sancionados por prácticas dopantes. Y ahí no están incluidos aún los casos de las dos keniatas Joyce Zakary y Koki Manunga, que dieron positivo en un control realizado en Pekín antes de la competición. Fueron los dos únicos incidentes ilegales, hasta el momento, en el Mundial, aunque hubo otros dos deportistas que cancelaron su viaje a última hora por presunto dopake, el marchador ruso Aleksandr Yargunkin y la vallista española Josephine Onyia.

La Historia dice que los análisis posteriores de las muestras siempre dan sorpresas. Pocos días antes de que arrancaran los Mundiales, la IAAF anunció que 28 atletas que participaron en Helsinki en 2005 y Osaka en 2007 lo hicieron con valores anómalos en su organismo. Además, la televisión alemana ARD y el dominical británico The Sunday Times publicaron recientemente un informe que denuncia que un tercio de los medallistas de competiciones de resistencia en Juegos Olímpicos y Mundiales entre 2001 y 2012 arrojaban parámetros sospechosos.

«Según algunos medios, el atletismo se convirtió en una especie de monstruo. Todo el mundo se dopa», señaló enfadado Diack durante el Congreso de la IAAF en Pekín. Bolt también abandonó por un momento su eterna sonrisa al ser cuestionado sobre ello: «En las últimas semanas no escuché otra cosa que dopaje, dopaje, dopaje y dopaje».

La principal promesa de Coe en los meses previos a las elecciones fue la de crear una agencia independiente para prevenir, investigar, eliminar y castigar las prácticas ilegales  después de que la anterior dirigencia de la IAAF fuera acusada de no trabajar lo suficiente. «Los atletas limpios tiene que saber que estamos de su lado», indicó el británico, doble campeón olímpico de 1.500 metros, en su discurso de toma de posesión.

Curiosamente, Kenia y Rusia, los dos últimos ganadores del medallero de los Mundiales, son los dos equipos más mencionados cuando se habla de dopaje. La televisión ARD publicó documentales en los que denunció a ambos países de realizar estas prácticas de manera sistemática. De hecho,  en la lista de la IAAF de atletas suspendidos hay actualmente 45 rusos, un 16 por ciento del total, y 13 keniatas.

La Agencia Mundial Antidoping (AMA) tiene previsto presentar antes de finales de año un informe tras una investigación del deporte ruso que inició a raíz de las denuncias. El ente, sin embargo, descartó realizar la misma tarea en Kenia. Del resultado de ese informe y del análisis de las muestras de Pekín dependerá en gran medida si el atletismo es capaz de recuperar la credibilidad antes de los Juegos de Río de Janeiro.