Palencia despidió ayer al que fue su alcalde durante casi una década. Juan Mena de la Cruz, único regidor de la ciudad al que se le ha concedido la Medalla de Oro que concede el Ayuntamiento de la capital palentina, por su relevancia en el desarrollo, crecimiento y organización de la ciudad, fue enterrado ayer en el cementerio de Nuestra Señora de los Ángeles.

Su funeral fue oficiado por seis sacerdotes en la iglesia de San Lázaro, templo al que acudieron varios centenares de personas: representantes políticos y de Administraciones unos en su lado más político, y vecinos, ciudadanos y amigos en el lado más humano de este hombre, que hacía tiempo que se encontraba fuera de la esfera pública. Como no podía ser de otra manera, todos quisieron acompañar a la familia de este regidor.

Las exequias por Mena de la Cruz fueron sencillas. Lo adecuado, afirmó el oficiante, para un «militar, y por tanto le suponemos un hombre de honor y al que no le cabían las medias tintas».

El sacerdote no quiso hacer una loa a las obras del ex regidor, puesto «que ya lo han hecho y recogido convenientemente los medios de comunicación», señaló durante la homilía, si bien no pudo olvidar su intervención en la ciudad a la hora de organizar las grandes avenidas, su labor en la construcción de los polígonos industriales o la expansión del casco urbano hacia el Cristo, donde, recordó «un colegio lleva su nombre» como agradecimiento.

En el oficio religioso que sirvió para despedir a este militar, que llegó a coronel honorario de Infantería (después de su paso a la reserva, puesto que en activo tuvo empleo de Comandante) la familia estuvo acompañada por otros alcaldes y ediles de la ciudad, como el actual, Alfonso Polanco, o el también popular Marcelo de Manuel; el presidente de la Diputación, José María Hernández o un antecesor suyo en el cargo, como Jesús Mañueco. También hubo representación por parte de la Junta de Castilla y León, con presencia también de dos delegados: el actual, Luis Domingo González y uno anterior, Antonio Hermoso.

Además, es necesario destacar que una amplia representación de autoridades y vecinos de Antigüedad asistió al funeral, entre ellos, Luis Fernando Cantero, alcalde de la localidad, así como varios concejales y un buen número de vecinos.

Al respecto, cabe recordar que Mena de la Cruz se sentía muy unido a Antigüedad, localidad en la que nacieron su mujer y su hijo mayor. Cada 25 de abril, en la Festividad de San Marcos, el ex alcalde capitalino acudía a la Ermita de Nuestra Señora de Garón, para cumplir una promesa realizada a la Virgen después de que un 25 de abril, mientras prestaba servicio militar, una bala le pasara entre las piernas.

 

Barrio del Cristo. Por su parte, el barrio que le debe su existencia, el del Cristo, está barajando la posibilidad de rendirle un homenaje. 

Esa es la intención de la Asociación de Vecinos del Cristo, si bien, qué hacer se concretará en la próxima asamblea del colectivo.