os trabajadores e internos del Centro Penitenciario La Moraleja de Dueñas celebraron ayer la festividad de su patrona Nuestra Señora de la Merced.
El número de reclusos ha ido disminuyendo de manera paulatina en los últimos años, «en concreto la cifra se ha reducido en 66 personas, respecto al año pasado», explicó el subdelegado del Gobierno, Luis Miguel Cárcel.
En 2010 La Moraleja tenía en torno a 1.700 presidiarios. Esa cifra se redujo en 450 personas en dos años, es decir, en 2012 convivían en el centro 1.251 reclusos.
El ejercicio pasado había unos 1.200 reclusos de diferentes nacionalidades.
En 2014 en la prisión trabajan 450 personas y viven 1.084 presidiarios, siendo la primera vez en estos cuatro años que la población reclusa se sitúa por debajo de su capacidad fijada en 1.108 personas internas.
La Merced reunió, como en años pasados, a los representantes de las distintas Administraciones Públicas, autoridades civiles, militares, políticas y judiciales de la provincia.
La jornada comenzó con la visita guiada por una de las instalaciones de La Moraleja, la Unidad Terapéutica Educativa (UTE).
Posteriormente, y antes de acceder al Salón de Actos para llevar a cabo el acto institucional, la comitiva tuvo ocasión de disfrutar de una exposición formada por cuadros y objetos artesanales que un grupo de reclusos había realizado en los talleres.
Dentro del recinto, los presentes disfrutaron de un miniconcierto ofrecido por cuatro internos, a quienes se unió el anterior director del centro, Jesús Hernández de la Rosa. Tocaron dos canciones: Let it be de The Beatles y Quiero beber hasta perder el control de Los Secretos.
Cuando terminó la actuación el público les brindó un caluroso aplauso por haber superado las dificultades que habían tenido en los ensayos, puesto que un componente del grupo no sabía casi español y varios de los anteriores integrantes del grupo han sido reagrupados a otros centros penitenciarios o han obtenido la libertad.
En el acto se entregaron placas y cerámicas realizadas por los reclusos a 52 funcionarios por sus 25 años de trabajo en la Institución Penitenciaria.
‘UTE’. «Es una iniciativa que lleva a cabo un programa con reclusos que presentan problemas relacionados con las drogas y para el que se ha tomado como referencia la UTE del Centro Penitenciario de Jaén, que funciona desde hace ochos años. En España hay ocho centros con esta unidad», explicó el encargado del Departamento de Interior. «Los trabajadores y voluntarios tuvimos que hacer un curso en el Centro Penitenciario de Villabona, que se encuentra en Asturias», siguió contando.
«La unidad está compuesta por 30 internos, que entran de forma voluntaria al módulo después de cuatro o cinco meses», comentó el director del centro, Francisco Javier Díez.
En la UTE, que comenzó a funcionar a principios de año, los internos están aislados del resto del recinto «para que no tengan contacto con ninguna sustancia estupefaciente», comentó Marta Tonya, subdirectora de Tratamientos. «Los narcóticos más frecuentes con los que se iniciaron son la cocaína, la heroína o hachís», continuó.
Los resultados hasta ahora han sido muy positivos, aunque no han estado exentos de sacrificios debido a que sus actividades diarias están totalmente pactadas por los directores del proyecto.