Los españoles viven ahora 40 años más que hace un siglo

AGENCIAS
-

Una mejor salud cardiovascular, el descenso de la mortalidad en las edades infantiles y unos hábitos más saludables son los pilares del incremento de la esperanza de vida desde 1910

Nunca los españoles hemos vivido tanto y mejor. Esa es la conclusión de un estudio realizado por la Universidad Internacional de La Rioja y publicado ayer tras analizar las causas sociales, demográficas y epidemiológicas que han doblado el número de años vividos en el país entre 1910 y 2009. Así, en un siglo, la esperanza de vida ha crecido 42,6 años entre las mujeres y 38,8 entre los varones, debido, principalmente, a un cambio en la estructura de la mortalidad.

«A principios del siglo XX, el mayor impacto de la mortalidad estaba en las edades infantiles, principalmente en los menores de un año. Una vez que se controlaron esas defunciones, la esperanza de vida aumentó mucho», explicó el autor principal de la investigación, Juan Manuel García González, cuyo trabajo ha sido publicado en la Revista Española de Investigación Sociológica y recogido por la plataforma Sinc.

Además, añadió, debido a la «drástica» reducción en la mortalidad infantil, en la última etapa, los mayores de 65 años han sido el «principal sostén» del aumento de la esperanza de vida reciente en la mayor parte de los países.

En concreto, el trabajo diferencia seis etapas, cada una con unas características particulares, y se centra principalmente en el período más próximo, desde 1980 hasta 2009, con datos obtenidos del Instituto Nacional de Estadística.

Según este sociólogo, el «gran motor» del cambio durante esta etapa ha sido la disminución de las enfermedades circulatorias, sobre todo las cerebrovasculares, que han descendido de manera «regular» en ambos sexos, a todas las edades y durante las últimas décadas, aunque, según apostilló, otras enfermedades del corazón no disminuyeron su mortalidad hasta los años 90.

«Esta revolución cardiovascular se debe a que en los últimos tiempos ha mejorado el control y seguimiento de la hipertensión arterial, empiezan a reflejarse los datos de un menor alcoholismo y tabaquismo masculino, hay una mayor conciencia de prevención en salud y se ha mejorado la atención médica», enfatizó.

Alcohol y tabaco.

Por otro lado, desde los años 80 la incidencia del cáncer se ha incrementado debido al consumo de alcohol o tabaco y los cambios en la dieta pueden influir en el riesgo de padecerlo. De hecho, según recordó el experto, el cigarrillo está detrás del 47 por ciento de los casos de cáncer en hombres y del 14 por ciento en mujeres, y se prevé una epidemia del tumor de pulmón en féminas cuando las generaciones nacidas a partir de 1960 lleguen a los 65 años, dado el aumento del tabaquismo entre este colectivo.

No obstante, señaló, el cáncer de mama y el de próstata, sin embargo, se han reducido en el grupo de 65-79 años, por lo que destacó la necesidad de aumentar las medidas preventivas para disminuir la obesidad, el consumo de bebidas con graduación y la diabetes.

Por su parte, las enfermedades mentales se multiplican a edades avanzadas. «Desde la década de los 90 se han estabilizado, aunque han seguido aumentando los casos de Alzheimer. Esto puede ser «debido a una mejora en el diagnóstico», advirtió.

Asimismo, el impacto de las dolencias respiratorias ha descendido desde el último período, pero su importancia sigue siendo alta en edades avanzadas.

Entre las causas externas, el autor explicó que se ha producido un repunte «inesperado» en la tercera edad, probablemente debido al aumento de caídas accidentales, mientras que las muertes por enfermedades infecciosas presentan una tasa relativamente baja que aumenta con el tiempo y es mayor entre los varones.

«En la base de esta mejora están las condiciones sociales que los mayores han experimentado: salud, atención médica, políticas asistenciales y calidad de vida. Las generaciones que alcanzan ahora las edades avanzadas han experimentado infancias en situaciones sociales difíciles con gripe, guerras, condiciones insalubres y de alimentación de principios del siglo XX», señaló el investigador.