Odiosas comparaciones

O. H.
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Los tendidos midieron la actuación de Morante de La Puebla con el rasero marcado por El Juli, que encandiló como Roca Rey a unas gradas que presentaban un aspecto como hacía mucho tiempo no se recordaba en Campos Góticos

Salir ayer por uno de los vomitorios desde las entrañas de la plaza y asomarse a los tendidos era una visión casi celestial. No se llegó al no hay billetes, pero se anduvo cerca. Mucho más que cualquier otra tarde en la última década, desde aquella en la que José Tomás vino a hacer el paseíllo a Campos Góticos. Una visión que viene a significar que la fiesta ha vuelto a Palencia tras años de caída y lenta recuperación. «¡Viva la fiesta nacional y viva San Antolín!», se escuchó en uno de los tendidos de sol donde se colocaba una peña. Tendidos de sol donde se concentraban los pocos asientos que ayer quedaron libres en el coso. «Fíjate: todo lo caro está lleno», afirmaba uno de los antiguos trabajadores de la plaza. Buena noticia para la empresa, para la feria y para el espectáculo.

Lo cierto es que ayer la plaza mostró una de sus mejores entradas en mucho tiempo en uno de los carteles más rematados de los últimos años. Cada torero con su particularidades y sus seguidores. «Han venido unos de Ceuta a ver a Morante», confirmaba un acomodador. Y dos de Chicago a ver a Roca Rey.  Alicientes no faltaban porque no se puede negar que Morante puede no estar o montar el lío. El Juli, es casi un seguro a todo riesgo y Roca Rey brilla y suele poner los pelos de punta.

Pero el primer protagonista de la tarde fue un palentino: Marcos de Celis. Con su pasodoble se abrió el paseíllo, algo reservado habitualmente para el Ha llegado el presidente. Posteriormente se guardó un minuto en su memoria roto por una cerrada ovación.

Si no hay toro... Afirmaba hace unos días un morantista en la cola de las taquillas que con verle andar, ya era más que una lidia completa de otros. Pues ayer, para abrir boca en la feria, andar fue lo único que se le pudo contemplar. Válido para sus muchos acérrimos, pero insuficiente para sus detractores, que también son numerosos. «Si no le gusta el toro, no hace nada», decía entre dientes un espectador. Lo cierto es que el astado no daba mucho de sí y menos tras el tercio de varas. «¡Vaya perro!», compartió para toda la plaza otro. «No es bueno, pero si le coge Ponce, le hace faena».

Pero Morante se quitó del medio al muerto, o casi muerto, porque para desesperación del público, el puntillero levantó al astado cuatro veces antes de descordarle. Primer toro de la feria y nada, como pudo comprobar desde un lugar privilegiado el presidente del PP castellano y leonés, y alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, escoltado por la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén; el alcalde de Palencia, Alfonso Polanco; los consejeros Milagros Marcos (Agricultura) y Carlos Fernández Carriedo (Empleo) y la diputada provincial y vicesecretaria de Acción Política del PPCyL, María José de la Fuente.

Entonces llegó El Juli. «Si el toro sale malo, sale malo; pero lo intenta», conversaba una aficionada.  Pero no salió malo y ya desde el capote el de Arganda levantó los primeros olés de la tarde. «Morante, aprende», reprendió un asistente al festejo. «Para qué te acuerdas ahora de Morante», se quejó uno sentado cerca.

El Juli se gustó, disfrutó y eso se transmitió a los tendidos. «Eres un fenómeno». «Cómo cuida a los toros», coincidieron a decir dos hombres en dos partes diferentes de la plaza, cada uno en una de sus faenas. Logró poner en pie hasta a los más aguerridos aficionados. «Mira, si es que me ha hecho levantar, incluso», se reía un hombre al finalizar la lidia del quinto de la tarde, la de las dos orejas.

Repartió felicidad a las casi  9.000 personas (la plaza hace 9.877), entre las que estaban, por ejemplo, el jefe superior de Policía de Castilla y León, Jorge Zurita Bayona, o el coronel de la guardia civil y ex jefe de la Comandancia de Palencia, Calixto Villasante o Nuria González junto a su madre, Celinda Sánchez.

Además, de los tendidos, también el callejón estuvo lleno. En él, el secretario general de la Consejería de Cultura, José Rodríguez Sanz Pastor, junto a Clemente Pita y el delegado de la Junta en Palencia, Luis Domingo González, que pudieron ver como mientras arriba algunos comenzaban a desembalar el bocata, Morante prendía una lanza y se la fumaba. Una imagen icónica del sevillano.

Quizá el humo es lo que le faltó en el primero, porque tras las caladas, al cuarto al menos le intentó hacer cosas. No de las más vistosas, pero sí en Morante. «Bueno, le hemos visto pegar varios pases», se contentaba un asistente al encierro, pero sin matar el gusanillo.

Las comparaciones son odiosas dicen, sobre todo para la competencia, afirmaba hace unos años un anuncio... Y así lo entendieron los tendidos, aunque finalmente, aplaudieron la segunda faena, pero sin más premio. «Lo siento», parecía decir el De la Puebla, mientras saludaba la ovación, justo delante del burladero ocupado por el vicepresidente de la Diputación, Luis Calderón; la portavoz de los populares en la institución, Carmen Fernández; el senador José Antonio Rubio Mielgo, el procurador Jorge Domingo Martínez y el diputado provincial Luis San Millán.

También andaba cerca el ganadero que lidiará hoy, Antonio Bañuelos. Y no era el único burgalés, porque también asistió al festejo el presidente del San Pablo Burgos de ACB, Félix Sancho, desde lo alto del tendido 8.

¡Viva Perú!. En una corrida internacional, las gradas también fueron internacionales. Así, varias banderas de Perú ondearon en los tendidos, con varias pancartas en apoyo al limeño Roca Rey. «¡Viva Perú!», le gritaban sus incondicionales, algunos con la camiseta de la selección peruana. Quizá no fue la mejor faena de Roca Rey que se  ha visto en Palencia, pero en algunos momentos puso los pelos de punta. «Mira, y ahora se coloca ahí, y no hay quien le mueva». Y sin embargo, el peruano movió un pie. «Pues para lo que es él, mucho se ha movido», comparó un hombre entre el público después de que toda la plaza lanzara un uyyy, de esos que solo se oyen cuando el pitón pasa a milímetros del cuerpo.

Hoy, ante los Bañuelos, Padilla, Ferrera y Adame. Por el bien de la feria, que haya lugar a la comparación. Aunque sea odioso, será una buena noticia.