Hace seis años que Raquel Garrido fue invitada a participar en unas jornadas de voluntariado organizadas por Aclad (Asociación de Ayuda al Drogodependiente). Sin pensarlo dos veces decidió conocer el trabajo que allí se hacía. «Me tocó la fibra sensible y decidí que yo también podía hacer algo por las personas que allí acudían», recuerda.
Desde aquel día, esta ama de casa acude asiduamente a impartir clases de tai-chi y relajación al grupo del Centro de Día (drogodependientes en tratamiento), además de ser secretaria de la Asociación Plataforma del Voluntariado de Palencia (APVP).
Los responsables de Aclad la califican como una persona «muy cercana, con una gran capacidad de paciencia y muy sensibilizada con las tareas de voluntariado». Estos pueden haber sido los motivos que han llevado a la APVP a elegirla Voluntaria del Año, un reconocimiento con el que se pretende homenajear a una de las cientos de personas que contribuyen con su tiempo y sus habilidades a la mejora de otras que lo necesitan.
«No me lo esperaba, porque soy una persona que me gusta ayudar a los demás y creo que eso se lleva dentro», asegura esta mujer, cuya labor de voluntariado comenzó hace varios años en la parroquia de Villamuriel, localidad en la que reside.
Raquel Garrido cree que este tipo de labores «te aporta mucha alegría y emoción», aunque lo mejor de todo es que «lo poco que yo les puedo dar, me lo devuelven con creces».
Esta palentina cree que para ser voluntario «hay que estar concienciado de que se quiere ayudar a los demás, por lo que es importante conocer las asociaciones y la labor que se realiza en ellas, seguro que eso animaba a la gente a implicarse en este tipo de actos».
llamamiento. Raquel también tiene claro que en estos tiempos de crisis «tendríamos que solidarizarnos mucho más con muchas personas que están atravesando duros momentos, ya que hay un elevado porcentaje de palentinos que se han quedado sin empleo y no tienen medios económicos, por lo que este tipo de ayuda puede suplir otras necesidades».
Para ella, el sentido de la solidaridad debería potenciarse más entre los ciudadanos, ya que «todos podemos aportar nuestro granito de arena, cada uno con sus posibilidades».
Eso es lo que el colectivo al que pertenece también parece ver en ella, ya que desde Aclad aseguran que es una persona emprendedora, con un alto nivel de iniciativa, muy cercana y motivada.
Participa altruistamente en todas las actividades programadas desde la entidad, ya sean jornadas de formación, seminarios, charlas o eventos de otro tipo.
Recordar que Aclad intenta promover la calidad de vida de las personas con trastornos por consumo de sustancias estupefacientes o que se encuentran en situación de exclusión social. Raquel Garrido también forma parte de esa familia y, por eso, este reconocimiento es suyo.