La campaña que han emprendido   la Asociación Cultural y Social Villa de Paredes de Nava y la Asociación Cultural Renacimiento de Paredes de Nava  con el objetivo de recuperar el patrimonio documental parroquial, ahora depositado en el Archivo Diocesano, está respaldada hoy con más de 600 firmas. La iniciativa sirvió ayer, día principal de las fiestas locales de Paredes de Nava o Benditos Novillos, para informar a los vecinos sobre la situación.

Las asociaciones responden al Obispado de Palencia, que en un comunicado señaló que se desconoce el paradero actual del Libro de la Fundación de Carejas. «Lo que no dice el Obispado es que no se tiene constancia de la existencia de este libro», afirman. Los historiadores paredeños que catalogaron gratuitamente el Archivo hace 40 años «nunca tuvieron conocimiento de la existencia de este documento que menciona alegremente el Obispado», explican.  Sobre otra de las afirmaciones, la referida a que «en  El Rastro de la capital madrileña se estaban vendiendo Libros de Bautismo de la iglesia de San Juan de Paredes de Nava», las asociaciones manifiestan que «parece olvidarse el Obispado de quién derribó la iglesia de San Juan sin ninguna supervisión técnica ni arqueológica en los años 80, con lo que es muy fácil que entre el material de derribo fueran legajos y demás material documental de este templo. También olvida el Obispado que la torre de la Iglesia de San Juan fue salvada gracias a una campaña de recogida de fondos entre paredeños. Olvida el Obispado que en menos de 40 años tres templos de Paredes de Nava han sido abandonados y derribados por ellos mismos (San Juan, San Martín y San Francisco) y lo que  se ha conseguido salvar ha sido, en gran parte, gracias a la labor persistente de las asociaciones culturales de la villa y los propios paredeños».  Las asociaciones culturales aplican otra de las aserciones del Obispado, esa de que «no podemos asegurar qué es lo que ya ha desaparecido», al contenido de esos templos abandonados, «pues no sabemos si en El Rastro o dónde se habrán vendido por parte de los responsables eclesiásticos los dos órganos ibéricos existentes en la iglesias de San Juan y San Martín, órganos atribuidos a Tadeo Ortega. Seguramente aquella venta estuviera avalada por el derecho canónico, pero ese legado patrimonial de Paredes y de Palencia desapareció. Olvida el Obispado los efectos en materia documental y archivística que tuvieron las desamortizaciones del siglo XIX, algo que no afectó al contenido de los templos citados…».