El gol como enfermedad... y síntoma

Diego Izco (SPC)
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El Barça no coronó su majestuoso partido de Milán por su falta de puntería, y el Madrid no jugó mejor que el día del agónico 2-1 ante el Viktoria Plzen... pero en la 'vuelta' metió cinco

Decían los amantes de las estadísticas que Luis Suárez igualó a Ronaldinho como el jugador del Barcelona con más disparos en un solo partido... sin hacer gol. Nueve veces tiró el brasileño en la final de París ante el Arsenal, nueve el uruguayo el pasado martes ante el Inter. Y nada. La pelota no entró. Concretamente, el cuadro culé disparó 27 veces hacia el arco de Handanovic, pero solo entró una... y fue un tiro de un muchacho que apenas llevaba dos minutos sobre el césped:el único que no había detectado que esa noche era imposible marcar. 

Suele pasar: hasta los ‘peloteros’ más brillantes tienen uno de esos días en que disparan y disparan y siguen disparando y ninguna pelota besa las redes. El mejor ejemplo histórico -muy reciente- fue la semifinal entre el Atlético y el Bayern:hasta 42 tiros ejecutaron los alemanes en la eliminatoria:15 en la ida (1-0 para el ‘Atleti’) y 27 en la vuelta (un insuficiente 2-1). El día que no hay gol, no merece la pena buscarlo. 

Eso debieron pensar en Madrid en la ‘ida’ de hace dos semanas ante el Viktoria Plzen, un equipo menor, tal vez el equivalente a un segunda español, que firmó en el Bernabéu un meritorio 2-1 con serias opciones de empate y Keylor Navas achicando agua de donde no debería haber. Ese día, el equipo blanco remató 19 veces, pero solo entraron dos y tres se fueron a los palos. El gol era la enfermedad del equipo y Solari no ha hecho absolutamente nada distinto a Lopetegui... pero ahora los síntomas son diferentes: haciendo lo mismo, el combinado merengue golea.

11-0. Once goles a favor y cero en contra en el ciclo de Solari. Ahora son los rivales los que estrellan balones en la madera. Es un ‘puntito’ de inflexión, ya que han sido partidos ante Melilla (0-4), Valladolid (un 2-0 ‘de aquella manera’) y Viktoria Plzen (0-5), pero el Real Madrid necesita quitarse de encima la losa de que es un equipo sin ‘olfato asesino’: si algo le ha caracterizado en esta etapa de éxito máximo es su archifamosa pegada. Es imposible que todo haya desaparecido sin Cristiano Ronaldo...  

El Real Madrid tiene ahora el panorama despejado: le bastará con ‘defender’ un 3-0 en Roma para asegurarse virtualmente el primer puesto de grupo. Incluso con el sonrojante 1-0 de Moscú en la maleta... 

un clasificado. Cuatro jornadas después, únicamente un equipo, el Barcelona, ha logrado matemáticamente su billete hacia octavos. Sí, otros ya certificaron su ‘defunción’: Mónaco, PSV, Lokomotiv, AEK, Viktoria Plzen y Young Boys. 

De los favoritos, el United logró una ‘vida extra’ en Turín, remontando en los últimos cinco minutos un partido imposible, en el que la Juventus (otra vez el gol como enfermedad) masacró la puerta inglesa con el exiguo premio de un solitario tanto. El 1-2 fue pura injusticia, pero los ‘red devils’ siguen concursando... igual que el Paris Saint-Germain, de nuevo dominado por un Nápoles brillante, pero de nuevo salvado por un empate... y la desidia del Liverpool en Belgrado, donde el Estrella Roja le hizo un guiño a la Historia (2-0). El Bayern no gusta, pero gana; el City golea incluso haciendo trampas (lo del penalti de Sterling, tropezón con el césped, era para tirarlo a los pies del portero) y el ‘Atleti’, dueño del campo de la final, por fin fue un equipo candidato al título.