Transformar el mundo desde la Educación

A. Benito
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Javier de Bustos, profesor del CEIP Nuestra Señora de la Piedad, recibió hace unos días un premio en SIMO Educación por haber desarrollado junto a sus alumnos un proyecto que concluyó con la impresión de una mano en 3D para una persona amputada

Motivar a los alumnos con proyectos que les permitan aprender, desarrollar su creatividad y hacer uso de las nuevas tecnologías es uno de los grandes retos de la Educación del siglo XXI. Si, además, los más pequeños tienen la oportunidad de poner su granito de arena para mejorar la calidad de vida de quienes no han tenido la suerte de nacer en un país desarrollado, los niños no solo mejoran su formación académica, sino que se convierten en personas responsables, preocupadas por la realidad que les rodea y comprometidas con la sociedad.

Para Javier de Bustos, profesor de Educación Primaria en el CEIP Nuestra Señora de la Piedad de Herrera, no tiene sentido que sus alumnos adquieran muchos conocimientos si esto no va acompañado de una formación en valores. Esta filosofía fue la que animó al joven a poner en marcha un proyecto que, utilizando la tecnología de las impresoras 3D, permitió a sus alumnos construir la prótesis de una mano para una persona amputada de Kenia.

Una iniciativa por la que el docente recibió hace unos días el Premio a la Mejor Experiencia en Programación Robótica y STEAM en la convocatoria SIMO Educación 2018.

Aprendemos Motivados Innovando, que así se llama el proyecto que De Bustos ha desarrollado junto a los estudiantes de 6º de Primaria, nació en 2017 con el objetivo de ahondar en las metodologías activas y el aprendizaje cooperativo. Iniciado el trabajo, el profesor herrerense decidió ir un paso más allá y poner el esfuerzo de sus alumnos a disposición de la iniciativa solidaria Ayúdame 3D, una ONG impulsada por Guillermo Martínez, cuya labor se centra en acercar estas particulares trésdesis, como él las llama, a las personas sin recursos.

«De hecho, la pista me la dieron los niños cuando empezamos a trabajar en el diseño de objetos y me di cuenta de que lo que hacían eran regalos para los demás. En ese momento fue cuando se me ocurrió que podíamos poner en marcha alguna iniciativa con la que pudiéramos ayudar a los demás», explica el docente herrerense, a la vez que señala que «los pequeños gestos nos hacen grandes porque ayudando al de al lado, también nos ayudamos a nosotros mismos».

De esta forma, fue Guillermo Martínez, que puso en marcha Ayúdame3D después de realizar un viaje de voluntariado a Kenia, quien les ayudó a conseguir el diseño de la prótesis para iniciar el proceso de impresión de las más de 40 piezas articuladas que componen la mano y buscar después las gomas elásticas con las que el retroceso de los dedos es posible. Un proceso complejo, pero que los alumnos lograron completar gracias a la ayuda de su maestro y a las grandes dosis de esfuerzo invertidas en el proyecto.

Asimismo y con el objetivo de recaudar fondos para la ONG, durante varios meses la entrada del colegio en los recreos se convirtió en una sala de diseño en 3D a la carta. De esta forma, lejos de implicar únicamente a los alumnos de 6º de Primaria, otros niños, profesores y familias tuvieron la oportunidad de colaborar con el proyecto, adquiriendo llaveros y otro tipo de objetos diseñados e impresos «en vivo y en directo» por los pequeños creadores herrerenses. Finalmente, fueron más de 1.000 euros los recaudados a través de esta actividad.

Como broche a la iniciativa, el centro realizó a finales del curso pasado una carrera solidaria a favor de Ayúdame 3D en la que estuvo presente Guillermo Martínez, que en julio llevó la prótesis a Kenia. «Los niños veían a Guillermo, una persona que dedica su tiempo libre a mejorar la calidad de vida de los demás, como a un héroe y eso es muy gratificante», continúa De Bustos, que cree firmemente, y así lo expresó en SIMO, que «es posible trasformar el mundo desde la Educación».

De hecho, una de las cosas que más valora a nivel profesional es el haber logrado implicar a sus alumnos en un proyecto que traspasa fronteras desde una pequeña escuela rural.

educación compensatoria. Creatividad y motivación en el aula son, a priori, los beneficios más evidentes que ha generado este proyecto entre los alumnos de los últimos cursos de Educación Primaria del CEIP Nuestra Señora de la Piedad de Herrera de Pisuerga. Pero, sin duda, la implementación de la excelencia educativa y la educación compensatoria ha sido otro de los puntos fuertes.

«Con proyectos como este hemos conseguido que, por ejemplo, alumnos con un rendimiento más bajo estén al mismo nivel que el resto, lo cual demuestra que no hay niños con más o menos capacidades, sino más o menos motivados», apunta Javier de Bustos, para quien lo realmente importante no son las nuevas tecnologías, sino el desarrollo personal y la autoestima de sus alumnos.

En el horizonte próximo del centro está continuar introduciendo el uso de este nuevo desarrollo tecnológico en el aula, pero aplicado a disciplinas como la robótica y, por ello, a finales del curso pasado se solicitó a la Dirección Provincial de Educación la compra de una impresora 3D, que ya ha llegado a las aulas del CEIP Nuestra Señora de la Piedad. ¿El objetivo? Seguir desarrollando proyectos en los que la creatividad y la motivación actúen como herramientas para ayudar a los más pequeños a caminar hacia el futuro.