Melilla gana el primer asalto antes de la Copa

Alberto Moreno
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Mal primer cuarto, remontada, prórroga y tiros libres. Quesos Cerrato Palencia jugó una mala primera parte, logró remontar en la segunda, forzó la prorroga a falta de tres segundos, pero cayó en el tiempo adicional con los 'bajitos'

El duelo entre los dos mejores equipos de la liga se fue para Melilla, como pudo quedarse en Palencia. Cuando se miden dos equipos con una poderosa defensa en la que cada punto hay que trabajarlo, conceder una renta de catorcepuntos provoca un desgaste que se acaba pagando. Eso le ocurrió al cuadro morado, que tras una mala primera parte logró la machada de la remontada, para luego perder la renta y acabar de nuevo a remolque forzando la prórroga, donde el acierto desde la línea de personal acabó decidiendo un encuentro no excesivamente brillante, pero sí intenso.
Baloncesto Melilla aceptó de inicio el cuerpo a cuerpo, el campo abierto, con transiciones rápidas por ambos lados. Ocurrió que en esa dinámica se confundió la velocidad con las prisas, lo que provocó muchos errores no forzados en ambas canastas, pérdidas de balón y, por lo tanto, guarismos bajos. Como en desacierto era mutuo, el choque transitaba equilibrado. El hecho de multiplicarse las acciones rápidas no impidió ver un interesantísimo duelo en las cumbres entre Hernández Sonseca y Lamont Barnes, que se decantó por el norteamericano.
No le gustó la dinámica al técnico local, Sergio García, que a falta de  dos minutos para el final del primer cuarto primero cambió la dirección del juego, Dani Rodríguez por Dani Pérez, para seguidamente pedir su primer tiempo muerto con 8-10. No valió de mucho, porque el primer acto finalizaba con un 12-17 para los melillenses.
Mal comenzó el segundo acto, con dos triples visitantes y la segunda falta personal del capitán Urko Otegui, el más valorado hasta ese momento junto a McCarron. Tres minutos y medio tardó en anotar Quesos Cerrato Palencia y lo hizo con un triple de Bas recortando la máxima diferencia visitante, 15-25. No se encontraba cómodo el cuadro morado, que no acaba de encontrar el ritmo y el camino adecuado y su patrón y nivel de juego habitual, con muchos fallos bajo canasta y desacierto en el tiro exterior, aunque su defensa le salvaba de un marcador más adverso. Sergio García pedía su segundo tiempo muerto, 17-29 a falta de cuatro minutos para el ecuador del partido. 
La pareja arbitral volvió a hacer de las suyas, con técnica al técnico morado incluida, lo que todavía provocó más desconcierto en el campo y el malestar en las pobladas gradas. 25-35 en el descanso. La defensa le mantenía vivo en el partido al cuadro palentino pese a su escasísima anotación. Melilla, a lo suyo, guiados por el talentoso Suka-Umu. 
Necesitaba el equipo morado romper ese ritmo sin sobresaltos en el que salía ganador el que menos fallaba y en el que mostraba cómodo el cuadro norteafricano. Meter una marcha más al partido, más intensidad defensiva si cabía y así fue. En cinco minutos del tercer cuarto recortó la diferencia a cinco puntos, 36-41, provocando el tiempo muerto de Alejandro Alcoba para frenar la sangría, 46-49 a falta de los decisivos últimos diez minutos. Blanch tomaba la bandera de la remontada con un primoroso tercer cuarto en el que anotaba quince puntos.
A 7'42'' para el final, un triple de Dani Rodríguez le ponía al cuadro morado por delante en el marcador, tras haber ido a remolque durante prácticamente todo el encuentro. Ya se jugaba a lo que el Quesos Cerrato Palencia quería, con ese punto de bendita locura que desarma y desquicia al rival, incluido al experimentado Suka-Umu, que abandonó el campo por cinco personales. 
A 3'45'' Quesos Cerrato Palencia tomaba su máxima renta, cuatro puntos, pero tras el triple de Pablo Almazán llegaba el tiempo muerto local, 60-59 a 3'45 para el final. Con un cuadro morado lanzado, cualquier otro equipo hubiese sucumbido, pero no un Melilla plagado de talento y experiencia que se sobrepuso en su momento más delicado, hasta el punto de girar la situación para colocarse con cuatro puntos de renta a falta de dos minutos, pero perdiendo a su segundo hombre de peso, Hernández Sonseca.
A 28 segundos para el final de los cuarenta minutos, los melillenses seguían dos puntos por delante. Dani Rodríguez fallo su lanzamiento, Barnes cometió su quinta falta y Zengotitanbengoa no perdonó desde el tiro libre. Quince segundos por jugar y una misión imposible, pero no para el cuadro morado que lograba el empate a tres segundos para el final gracias al robo y canasta de Blanch que forzaba la prórroga.
Con los dos equipos castigados por las personales, los cinco minutos adicionales eran un cara y cruz en el que la segunda unidad de cada equipo tenía que asumir galones. Otegui, con su quinta rigurosa falta, se quedó por el camino y sólo con Fakuade como pívot puro. Era el momento de los bajitos. Prácticamente cada acción atacante acababa en la línea de personal y el que estuvo más acertado en esta faceta se acabó llevando el encuentro.
El primer asalto fue para Melilla. El segundo será en un mes, en este mismo escenario y con un título en juego, la Copa Princesa. Otro duelo estelar entre los dos mejores equipos de la liga. Y el domingo, de nuevo liga en casa.