No ven, no oyen... Pero sí luchan

A. Acitores
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En el Dïa Internacional de la Sordoceguera, este colectivo oculto pide 'luz'

No ven, no oyen... Pero sí luchan

Prueben a cerrar los ojos y taparse los oídos. Comprobarán que ya no pueden ver, ni oír. Serán capaces de sentir, pensar, sufrir, amar... Pero habrán perdido las dos principales maneras de relacionarse con el entorno y de comunicarse con los demás.

La realidad de los sordociegos es tan sombría como su problemática. La sociedad no oye ni mira a este colectivo, que lucha, como otros muchos, por superar las barreras. Y, claro está, sus barreras son mucho más infranqueables y difíciles de derribar.

Este miércoles, 27, se celebra el Día Internacional de la Sordoceguera, una fecha en la que el colectivo afectado aprovecha para concienciar a la sociedad sobre las muchas necesidades que tiene. A nivel regional, una asociación, Asocyl, aúna esfuerzos entre todas las provincias para reivindicar los derechos de los sordociegos castellanoleoneses. «No existe ningún censo de personas sordociegas, ni en Castilla y León, ni en España», explica el presidente, Miguel Ángel Herrero, a través de su asistente Juan Carlos Santiago. Asocyl es un colectivo pequeño, pero con fuerza: tiene una treintena de socios en toda la Comunidad y siete de ellos son de Palencia.

«Nos preocupan nuestros socios pero, sobre todo, nos preocupan los sordociegos a los que no podemos llegar», prosigue el presidente. Y recuerda que son muchas las personas que padecen esta doble discapacidad y viven completamente aisladas. No existen recursos específicos para los sordociegos y, cuando no tienen el apoyo de la familia, viven en residencias de ancianos «metidos en su burbuja, sin comunicarse con los demás, sin recibir la atención que requieren... Es triste, pero esto hace que terminen demenciados», comenta.

Las necesidades de los sordociegos no pasan por ponerle señales acústicas a los semáforos o rebajar las aceras para que no tropiecen. Esta doble discapacidad exige tener un asistente personal durante todo el día, que haga de intérprete a través del tacto. «El intérprete es necesario para hacer las tareas domésticas, salir a la calle, comunicarse con los demás... Para todo, menos para dormir», indica el presidente de Asocyl a través de la mediación del suyo. Tal y como denuncian en el manifiesto que el colectivo ha elaborado con motivo del Día Internacional, esta necesidad no se entiende desde los despachos.

No existen, denuncian, servicios sociales ni asistenciales específicos para ellos. «Hoy por hoy, el único recurso existente en la Comunidad es Asocyl», subraya su presidente. En la sede de Valladolid, a donde se desplazan también los sordociegos palentinos, les ayudan a socializarse y luchan por la normalización del colectivo, con recursos como la Red ConectAsocyl, que acaban de inaugurar en mayo. Un centro especializado donde las personas con restos visuales o auditivos pueden acceder a las nuevas tecnologías y ampliar sus posiblidades de comunicación. «Hoy en día se nos habla de recortes y no podemos entender qué se nos puede recortar a nosotros, que nunca hemos tenido nada. Sólo pedimos una redistribución», subraya Herrero.

El gran objetivo de Asocyl es lograr la apertura de un piso tutelado, con asistentes individuales -porque un mismo asistente no puede atender a varios sordociegos-, en el que los usuarios puedan interactuar entre sí, aprender y ayudarse mutuamente.

Los socios de Asocyl, incluidos los palentinos, han organizado varios actos con motivo del Día Internacional, que este año lleva el lema Enciende la luz de vivir. El jueves entregarán en el Hotel Juan de Austria de Valladolid el premio Más allá de los sentidos a la Fundación Vodafone España, por su esfuerzo en la formación de sordociegos en nuevas tecnologías y la búsqueda de recursos TIC adaptados.

El manifiesto

En el manifiesto del Día Internacional de la Sordoceguera, Asocyl destaca el «daño» que hacen los que, «desde sus despachos, disponen sobre nosotros asegurando conocernos». Recuerdan «la difícil identificación externa de nuestra doble limitación sensorial, la continua improvisación en cuanto a los servicios específicos que precisamos, la deficiente atención social que recibimos desde las Administraciones públicas y los agravios comparativos que en todos los aspectos, incluso con respecto a otras discapacidades, nos colocan a la cabeza como colectivo más vulnerable».

Critican la dejadez de las Administraciones y reivindican más apoyo por parte de la sociedad. «Debería primar esa justa compensación de que tú, que no nos conoces de nada, observes, valores y actúes. No se están haciendo bien las cosas. ¡Y hay que decirlo así de claro!», proclaman.