Escuela de tolerancia

P. Velasco
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Seis procuradores de las primeras Cortes regionales destacan los inicios del Parlamento como ejemplo de diálogo, hacer política y consenso y recuerdan que «la creación de la Comunidad» no fue fácil porque había «muchas reticencias»

Ejemplo de diálogo, de tolerancia, de una política que ya no se practica. Así recuerdan varios de los procuradores esas primeras Cortes de Castilla y León que nacieron en la iglesia del Monasterio de las Claras de Tordesillas (Valladolid) el 21 de mayo de 1983, una sesión constitutiva que se recordará este viernes con el homenaje organizado en el mismo lugar a los 476 políticos que han trabajado en el Parlamento regional a lo largo de su historia con motivo de la conmemoración del 35 aniversario de la institución.

 Un acto, encabezado por la actual presidenta de la Cortes, Silvia Clemente, que intentará reproducir el desarrollo de aquel pleno, punto de inflexión para la Comunidad. «Cuando salimos del acto de constitución de las Cortes eran 84 procuradores más punto cero, porque no teníamos ni lugar donde reunirnos ni personas que nos pudieran ayudar en la actividad parlamentaria. Fue hacerlo todo desde cero», recuerda Dionisio Llamazares, primer presidente del Parlamento regional.

Una falta de medios que corrobora Jesús Quijano, entonces portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, que reconoce que en «el sistema autonómico moderno» estaban «un poquito despistados». «No sabíamos qué competencias íbamos a tener ni cómo debían organizarse, aunque frente a ello había muy buena voluntad y un deseo compartido que aquello saliera bien, funcionara y fuera útil para los ciudadanos», añade.

Ilusión que también trasladan otros procuradores como Daniel de Fernando, en esos momentos portavoz del CDS, que destaca la capacidad que tuvieron todos para alcanzar acuerdos, «algo que parecía imposible». Un diálogo y consenso que con el paso del tiempo se valora más todavía, porque se vivieron momentos complicados. «Teníamos que empezar a creer en la Comunidad porque había muchas reticencias», rememora Concepción Puente, procuradora del PSOE y una de las tres únicas mujeres que formaron parte del comienzo de las Cortes. La otra, la procuradora socialista Rosario Peñalva, también habla de esos inicios, «con una región sin nacer y sin transferencias» y con una sociedad que no tiene nada que ver con la actual.

«Éramos razonables, sabíamos que aquello estaba comenzando y se trataba de dar los primeros pasos que se hiciera de la manera correcta y hoy, con la visión de estos últimos 35 años, es una situación perfectamente consolidada», alaba Juan Carlos Aparicio, entonces procurador del PP. Unas bases que se asentaron «siempre desde el respeto», aclara el burgalés, «entendiendo que la confrontación también forma parte de la política, pero creo que también lo es el diálogo, y ciertamente hubo mucho diálogo en aquellos inicios».

De ese respeto, que nombran todos los procuradores de esa primera legislatura que han hablado con este periódico, nace esa «escuela de tolerancia» de la que muestra orgullo el primer presidente del Parlamento regional, que reconocer que para él se convirtió en «una especie de obsesión».