Jorge Expósito, novillero: «Va a ser una gran temporada pese a no haber puntuado en 'Fallas'»

Jorge Cancho
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«Una temporada importante la de 2014, porque me vi capaz de salvar todos los obstáculos»

En 2014 rozó con sus dedos el cielo al conseguir abrir la puerta grande en ‘Fallas’, si bien luego pasó un auténtico infierno tras las secuelas de una cornada en forma de anemia que sufrió en tierras manchegas. El pasado 21 de marzo la espada y el ganado le impidieron repetir el triunfo vivido en Valencia un año antes. Una oportunidad que se esfumó, si bien esta temporada desprende optimismo para este valenciano de 24 años de edad después de haberse puesto en manos de su nuevo apoderado, José María González de Caldas, meses después de romper con Rafael Valencia.

Una lástima que no pudiera repetir este año en Fallas la puerta grande de la pasada temporada...

Desde luego, sobre todo cuando uno se entrega y ve ya que tiene la puerta grande entreabierta. Una lástima que todo se perdiera por el mal uso de la espada. Por lo tanto, disgustado por los aceros, pero las sensaciones fueron buenas ya que estuve enrazado y además pude torear como yo quiero hacerlo, así que pude dejar mi sello en Valencia.

Tampoco el ganado de El Parralejo colaboró en exceso...

La novillada tuvo mucha calidad en líneas generales. En cuanto a mi lote, el primero se quedó parado en la muleta, falto de fuerza, quizá por las  volteretas que se dio previamente, y no transmitió lo que requiere una plaza como la de Valencia. Y el segundo sí tuvo la fuerza necesaria para poder ligar muletazos y tandas largas.

Lo que nadie le podrá negar son las ganas que puso. Tanto es así que al segundo lo recibió en la puerta de chiqueros cuando usted no es muy dado a esto. Y se llevó un buen susto...

Tenía claro que yo iba a Valencia a darlo todo y, como con el primero no corté nada, me vi obligado a recibir al segundo a la puerta de chiqueros con el capote a la espalda. Fue una demostración más que nada de raza, pues es cierto que frecuento poco este tipo de suertes para las que no soy nada habilidoso, de ahí ese susto. Mi tauromaquia va más enfocada al muletazo bajo, enganchados desde bien adelante hasta el final y dejándola puesta para el siguiente. Pero cuando uno es novillero tiene que hacer todo lo necesario y un poco más para tratar de triunfar.

Un brindis muy especial durante la novillada para El Soro, con quien tengo entendido que le une una grandísima relación

Así es. Y es que el maestro ha sido el que me ha cogido este invierno, me ha llevado con él al campo y me ha estado preparando. Por ello, era normal que habiendo pasado tanto tiempo junto a Vicente Ruiz quisiera vaciarme ese día en la plaza, como creo que hice.

¿Es un espejo para usted?

Desde luego, para mí, para todos los toreros y para la sociedad en general ya que ese afán de superación que ha demostrado a base de raza ha de servir de ejemplo a todo el mundo.

¿Qué tal vio a El Soro el día de su reaparición? ¿Pasó miedo?

Mucho pero no porque le viera cogido, ya que había entrenado con él desde hacía tiempo y sabía que estaba sobrado, la pierna le respondía a las mil maravillas y estaba absolutamente preparado para reaparecer. El miedo que pasé era el lógico de ver delante de la cara de un toro a cualquier persona que aprecias.

Antes de ir a Valencia, usted mismo decía que esa novillada  podía abrirle o cerrarle puertas. A toro pasado, ¿sigue pensando lo mismo?

Tengo la suerte de contar con el respaldo de mi apoderado, José María González de Caldas. En Valencia traté de darle motivos y pienso que, pese a que no corté orejas, sí que le di alguna que otra arma para  poder seguir peleando por mí. El hecho de no haber puntuado en Valencia no va a ser impedimento para sacar adelante una gran temporada.

El año pasado, menos rodado, sí que abría la puerta grande de Valencia. Lo que son las cosas...

Me entregué igual que este año, cierto es que con menos técnica y oficio, pero a base de darlo todo acabé saliendo a hombros. La diferencia es que la espada entonces sí que entró y cambió el resultado.

Tras aquel triunfo, 2014 se  truncó por un percance que a priori no tenía mayor importancia

Así es. Toreaba en la toledana  Nombela y recibí una cornada limpia de 15 centímetros en el muslo izquierdo. Lo malo fue que por la herida entró algo más, un virus, una anemia que me puso muy cuesta arriba el resto de la temporada. No sé el motivo, si fue por falta de higiene en el hospital, que no lo descarto, pero fue una auténtica pena. Esa circunstancia hizo que la temporada fuera bonita, pero muy cuesta arriba, de ahí que tuviera que tirar mucho de cabeza y de una mente fuerte para sacarla adelante.

Reaparecía en Sigüenza cuando aún estaba muy tocado de esa anemia

La verdad es que la anemia no se curó del todo hasta el invierno. Y en Sigüenza, al igual que el resto de lo que quedaba de temporada, tuve que echar fortaleza interior dado que me pesaba hasta el vestido y ni siquiera podía con los trastos. Había momentos en la plaza que notaba como si me desvaneciera.

En definitiva, un 2014 en el que tocó el cielo, pasó por un infierno y acabó en el purgatorio...

Puede ser un buen resumen. Aún así, la temporada me ha valido muchísimo ya que me vi capaz, a base de raza y entrega, de salvar todos los obstáculos que se presentaron, que no fueron pocos.

«González de Caldas va a sacar rendimiendo a mis méritos»

 

¿Qué le va a aportar González de Caldas?

Aún no lo sé, pero creo que todo lo que me aporte serán cosas buenas para mí. Yo confío plenamente en él y pienso que va a saber sacar el máximo rendimiento a los méritos que yo haga. Las miras que tenemos ambos van más allá de esta temporada, ya que el objetivo no es el de novillero con picadores, sino el de matador de toros.

¿Los próximos compromisos?

Después de lo de Valencia tengo una tarde en Osuna y no sé más, aunque me consta que mi apoderado tiene apalabradas unas cuantas cosas más, si bien aún no están cerradas.

Madrid no sería un mal sitio para dar un giro a la temporada, aunque en San Isidro no podrá ser

Todavía no he pisado esa plaza, ni siquiera sin caballos. Y ciertamente tengo ganas de hacer el paseíllo en Las Ventas, aunque por otro lado no tengo ninguna prisa y será González de Caldas quien decida cuándo es la fecha oportuna para estar allí.

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