Uno de los jugadores del Quesos Cerrato Palencia que sabe lo que es ganar la Copa Príncipe (igual que, por ejemplo, el checo Tomas Hampl, con el River Andorra hace un año o su compañero Urko Otegui con el Climalia León en 2007) es Roger Fornas, que en la campaña 2007-08 militaba en las filas precisamente del Breogán de Lugo, con el que alzó el trofeo.
El conjunto lucense, que el viernes será el rival del equipo palentino en una nueva edición de la Copa, celebró el título el último año en el que se disputó mediante una Final a Cuatro, con semifinales y final. Roger Fornas recuerda que «nosotros íbamos de cenicientas, teníamos muchas lesiones en el equipo, algunas importantes como las de los americanos Maurice Jeffers y Devin Davis, y encima jugábamos en el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza contra el CAI, aquel todopoderoso CAI que luego ascendió de forma directa a la ACB». Un equipo maño con André Turner, Paolo Quinteros o Darren Phillip en sus filas, jugadores de otra dimensión. Y en cambio, desde Lugo «fuimos a disfrutar de la estancia en Zaragoza. Pero en semifinales ganamos al CAI en un partido muy ajustado, por un punto, y luego al Alicante en la final con un triple de Zach Morley en el último segundo».
Dos finales apretados para un equipo sin presión donde Fornas, al lado del citado Morley, Roberto Morentín o Daniel Clark, vivió un gran fin de semana. El club lucense, con 16 temporadas ACB en su trayectoria de casi 50 años, amén de varios ascensos, «como título creo que es el único o de los pocos que tiene en su historia. Recuerdo que significó mucho para la ciudad de Lugo, para seguir con ilusión ese año. La pena es que no pudimos celebrar el ascenso».
Igual que el pívot morado, en aquel Breogán «también jugaba Dani López y en el club ya estaba su técnico hoy, Lisardo Gómez», que este viernes serán sus rivales. Adversarios como lo fueron en el duelo liguero, «que no va a tener nada que ver, han tenido cambios en su plantilla, vendrán con ganas de resarcirse de aquella derrota y lograr el título».
Para Fornas será la tercera final, tras la ganada en Zaragoza y la perdida el pasado año en Andorra, «esta vez ya a un solo partido». Valora aquella final de hace justo un año, donde «recuerdo también que levantó mucha expectación, pese a que fue muy lejos de Palencia. Fue una pena, porque se desplazó gente hasta allí en un día de diario, fueron muchos pese a la distancia, demostrando la gran afición que hay en Palencia. Tengo ganas de ganarla por eso. Ves a la gente y te sientes un poco peor por ellos. Hay que saber siempre de dónde venimos».
En sus manos y las de sus compañeros estará cumplir ese propósito el viernes a las 21,15 horas.