Familiares, amigos y conocidos de Luis Francisco Sánchez González se reunieron ayer en la iglesia de San Lázaro para rendirle una sentida y emotiva despedida. El joven, doctor en Matemáticas por la Universidad Complutense, falleció en Argentina el pasado 14 de agosto mientras practicaba una de sus aficiones, el alpinismo.

Precisamente a este deporte hizo referencia el párroco de San Lázaro durante su homilía, señalando cómo todos aquellos que lo practican coinciden en destacar el cierto consuelo que supondría perder la vida tras haber contemplado paisajes que sólo las cimas más altas ofrecen.

Su condición de deportista, de profesor y matemático y, por supuesto, de hijo, hermano y amigo, ocuparon también parte de las palabras del párroco que fueron escuchadas, y seguro que agradecidas, por las cientos de personas que abarrotaron la iglesia de San Lázaro.

Luis Francisco Sánchez González, de 30 años, residía en Chile desde el pasado mes de septiembre, donde ejercía como profesor de la Universidad de Concepción y daba clases en el doctorado de Ciencias Aplicadas.

Allí partió tras estudiar en el Colegio Modesto Lafuente y en el Instituto Jorge Manrique de la capital de la capital y obtener del doctorado por la Universidad Complutense de Madrid.