Flores para la Milagrosa

Mirella Mediavilla
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Forasteros y feligreses de la localidad minera rindieron ayer culto a la patrona

Como cada 16 de julio, ayer tuvo lugar una cita ineludible para todos los devotos de la Virgen del Carmen de la zona de Barruelo. Una campa abarrotada de forasteros y convecinos fue la encargada de rendir culto a la patrona del valle de Santullán. En coche o caminando, el objetivo de todos los presentes fue el mismo: cumplir con la tradición y vivir con pasión y entusiasmo uno de los días más esperados del año. Una jornada que para muchos es «sinónimo de reencuentro y convivencia con la familia y los amigos».No solo los barruelanos participaron en este evento tan especial para la Montaña Palentina. La afluencia provino de diferentes puntos de la geografía española. En la mayoría de los casos, palentinos que emigraron hace décadas y regresan a su tierra cada año por estas fechas para reencontrarse con la Santa. «Cada 16 de julio me pido el día en el trabajo para visitar a la Virgen que me vio crecer y devolverle todo lo que me ha dado», expresaba una de las personas presentes en la romería que se celebró ayer.Hubo quienes subieron al santuario a primera hora de la mañana para coger un buen sitio donde poder disfrutar de la misa con unas magníficas vistas; otros, en cambio, lo hicieron con el fin de poder encontrar una sombra bajo un árbol aun sabiendo que la jornada podría estar pasada por agua, cosa que finalmente no sucedió.Para aquellos visitantes que acudían por primera vez, el entorno fue el elemento principal a destacar. Y es que el templo, situado entre praderas y montañas, no deja indiferente a nadie.Lágrimas de emoción en muchos casos o sonrisas de felicidad en otros, fueron las encargadas de acompañar y adorar a la virgen durante toda la procesión.Tampoco faltaron el baile y la música. Las danzas tradicionales hicieron paseíllo a la patrona antes de comenzar el acto.Cabe destacar los vistosos ramos de flores que recibió la Milagrosa, puesto que cada devoto no pudo abandonar el recinto sin hacerle una ofrenda a la patrona.Además de gente de todas las edades, allí presente se encontraba toda la Corporación Municipal, encargada de presidir el acto, así como las diferentes personas que integran la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen.El acto finalizaba con una comida campestre en la campa situada a los pies del templo. Una vez acabadas las celebraciones en el santuario, las actividades continuaban en Barruelo de Santullán, con una serie de actos con los que se puso el punto y final a los festejos patronales.