Venezuela, primer país de destino de los misioneros de la Diócesis palentina

Beatriz Santos
-

Continentes. América, con 365 (más del 75%), encabeza la lista de continentes con mayor número de religiosos palentinos al servicio de las personas y colectivos más desfavorecidos. En Europa hay 50, en África 41 y 28 trabajan en Asia-Oceanía

Foto de familia de los asistentes al ‘XXXI Encuentro de Misioneros Palentinos’ ayer en el Palacio Episcopal. - Foto: Guillermo Roldán

La Diócesis celebró ayer el XXXI Encuentro de Misioneros Palentinos en el Palacio Episcopal. Medio centenar de misioneros acudió a esta reunión dado que, por estas fechas, se encuentran en sus localidades de origen para pasar unas semanas de descanso junto a sus familias. Durante la celebración de la misa, el obispo de la Diócesis, monseñor Esteban Escudero, les dio la bienvenida en nombre de toda la comunidad cristiana de Palencia. «Lo que queremos en esta jornada es vernos y conocernos más», subrayó. 
Este año el encuentro no contó con misioneros laicos, todos los presentes pertenecen a congregaciones o son sacerdotes diocesanos. El continente donde más religiosos palentinos se dedican a la obra misionera es, como años anteriores, América con 365 y el país con mayor número de ellos Venezuela (70).
Allí lleva 40 años de servicio Luz García, palentina de Pedraza de Campos, religiosa del Santo Ángel. Esta monja destacó que «donde trabajamos hay situaciones muy difíciles de jóvenes excluidos y desarrollamos una labor muy significativa para este colectivo que no se puede formar, a través del programa de la Asociación Venezolana de Formación Católica». 
Además añadió que esta labor supone «una gran satisfacción al ver el cambio positivo que se produce en los jóvenes a los que ayudamos».
Mª Ángeles Lorenzo, natural de Santillán de la Vega, lleva más de 60 años dedicados a las misiones en Venezuela. «Nosotras somos seis religiosas y tenemos una escuela de educación de 4 a 15 años». Asimismo, apuntó que «en las tardes atendemos a un centenar de hombres y mujeres que no trabajan ni estudian y les damos cursos de formación para que puedan defenderse en la vida». 
También en Venezuela se encuentra Ovidia Villacorta, angelina del municipio palentino de Payo de Ojeda, que lleva 54 años como misionera. «Me fui con 18 años y he trabajado toda la vida en educación y en el trabajo pastoral colaborando con las parroquias», manifestó. 
En este momento, se encuentra en una casa y cuida a religiosas de avanzada edad que tienen alzheimer. Para ella, «ser misionera es una experiencia muy bonita que enriquece tanto a religiosos, como laicos», explicó.
Además puntualizó que «todo el mundo debería salir de su país alguna vez, aunque sea de forma temporal, para ir como misionero». En este momento, desde la congregación invitan a antiguas alumnas para ir a misionar y una de ellas ya colabora en Ecuador.
En el país vecino, Colombia, se encuentra Isabel Gutiérrez, otra religiosa del Santo Ángel, palentina de Cevico de la Torre. «Yo llegué en 1959 a Colombia y en total llevo 40 años allí. 
También estuve una temporada en Europa», comentó Isabel Gutiérrez. Esta misionera resaltó que «es deprimente que en países como Venezuela exista una realidad tan pobre». 
En su congregación se dedican a la promoción y formación de la mujer, además de la atención catequética de los niños y jóvenes de gente pobre que lo necesita. 
Jesús Bravo, sacerdote diocesano procedente de Villamediana, lleva 22 años de misionero en Bolivia. «La inquietud de ser misionero la tuve siempre, aunque tardó en materializarse», aclaró. «Tenía deseo de ir a los lugares donde más se necesitaba, había menos sacerdotes y la pobreza era muy extensa. Cuando la oportunidad se brindó, me fui», comentó.
Jesús Bravo señaló que «tener cariño a toda la gente y considerar a todos hermanos independientemente del país de origen, cultura o género», es uno de los requisitos importantes para ser misionero. Al mismo tiempo, con esta experiencia «se aprende a considerar que hay cosas superfluas y secundarias, esto es una lección diaria». Este misionero está con personas que viven al día y no tienen para comer lo suficiente, pero destacó que «a los niños se les ve alegres, contentos, saltan, juegan y la gente vive con confianza a pesar de todo». «El lema que tienen los pueblos bolivianos es vivir bien, en armonía y por ello se ayudan mutuamente», indicó Bravo.
Artemio Salvador, de Prádanos de Ojeda, lleva ocho años de misionero en Bolivia. Su dedicación fundamental es la cárcel, pastoral penitenciaria, que allí es muy marginal. «No sabía dónde iba, pero estuve conociendo situaciones y esta es la que más me ha llenado», declaró. 
Para este sacerdote diocesano, un buen misionero tiene que dedicar tiempo y compartir su vida y experiencia. «Yo paso muchas horas con ellos, tardes enteras», señaló. 
Además, «nosotros también llevamos programas de inserción social con otras instituciones», concluyó Artemio Salvador.
 
MEDIO SIGLO DEDICADO A LAS MISIONES
Valentina García, de Loma de Castrejón, cumple este año medio siglo dedicado a las misiones. La misionera palentina pertenece a la congregación de las Hermanas Angélicas. Ha desempeñado su labor en dos países americanos: México y Venezuela. 
Debido a una operación, el pasado mes de noviembre, tuvo que dejar las misiones y volver a España. «Para mi fue un golpe muy fuerte, cuando hablo de ello aún me emociono. Siento mucho no poder volver, pero mi corazón quedó allí» expresó emocionada. 
En cuanto a las necesidades de la gente, lo que esta misionera destaca es que «en Venezuela, a pesar de ser un país rico, se está viviendo como si fuera tercermundista». 
«Un buen misionero tiene que tener un corazón humilde y sentir que va a entregarse a la gente» señaló esta religiosa. Por otro lado, «ir con humildad y sencillez es fundamental» aclaró. Valentina García aprovechó para recomendar a la gente la labor misionera porque «es una nueva experiencia y cuando regresas a tu país sabes agradecer lo mucho que se tiene aquí y con lo poco que allí uno es capaz de poder vivir». 
Sobre el apego hacia la familia que los misioneros dejan en España, Valentina García, comentó que «cuesta un poco despegarse, pero hoy en día, gracias a los medios de comunicación, sobre todo Internet, te sientes más cerca de los tuyos». También destacó que «la Delegación Diocesana de Misiones se comunica con los misioneros palentinos y esto aporta fuerza y energía para seguir adelante». 
De lo necesario para realizar este servicio de ayuda, Valentina García indicó que «la parte económica es importante porque sin ella no se pueden realizar muchas cosas», pero también «las oraciones y sentir el apoyo y cariño de tu gente».