La Comunidad sucumbe al negocio del alquiler de viviendas

Ical
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La rentabilidad bruta se sitúa en el 6,7% en la región, muy por encima de los beneficios que ofrecen productos como los bonos del Estado, lo que lo convierte en un 'negocio redondo'

La vivienda se está convirtiendo en Castilla y León, con cierto retraso, en un nicho para la inversión ante la rentabilidad elevada que ofrece el alquiler, superior al 6,7%. Se trata de un negocio redondo, debido a la fuerte subida de las rentas, frente al menor crecimiento de los precios de compra. Todo ello complica el acceso a una casa a muchos ciudadanos, que ven como el esfuerzo mensual que requiere un arrendamiento es muy superior al que pagarían si la adquirieran con una hipoteca a largo plazo. Un informe elaborado para Ical por Urban Data Analytics (uDA), socio tecnológico de Sociedad de Tasación, refleja que la rentabilidad bruta del alquiler, que mide el porcentaje anual de rentas en relación al precio de la compraventa, está ya por las nubes en la Comunidad, aunque muy por debajo de la media del conjunto del país. De hecho, ninguna provincia alcanza ese rendimiento medio en el alquiler que se situó en el 7,5% hasta junio.

La Comunidad es menos atractiva para el alquiler que las grandes ciudades o la zona costera, puesto que en lugares como Cataluña supera el 8%. Sin embargo, la rentabilidad media del 6,7% es muy superior a productos financieros como los bonos del Estado a diez años, que ofrecen unos beneficios del 1,6%. También, la revaloración del IBEX-35 en lo que va de año se sitúa en el menos 8,57%. Así, la rentabilidad bruta en Ávila es del 6,1% en el segundo trimestre, siendo la zona de Castilla y León con el porcentaje más elevado, por delante de Segovia (6%). A continuación figuran León y Valladolid con un 5,8%, seguida de Palencia (5,7%), Salamanca (5,4%), Burgos (5,3%) y Zamora (5,2%).

Estos valores son muy inferiores a provincias como Castellón (14,3%), Navarra (9,8%) y Sevilla (8,3%), donde sale más a cuenta alquilar una vivienda. La Comunidad se alinea con territorios de interior como Huesca o Lérida, donde el mercado inmobiliario presenta un menor dinamismo, que ronda el 0,5, en función de la demanda y oferta.

Entre 2014 y 2017, los hogares que optaron por el alquiler crecieron un 40% en Castilla y León, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), mientras se redujeron un 5,9 los del régimen de propiedad. Sin embargo, los inquilinos se enfrentan a contratos de tres años y no de cinco, como preveía la anterior normativa, así como a la pérdida de la desgravación por las rentas abonadas. En paralelo, la llegada de grandes inversores, como las sociedades propiedad del sector financiero, ha impuesto condiciones leoninas como son el pago por adelantado de hasta tres mensualidades como depósito para impago, un seguro que cubra esta eventualidad o un aval bancario, junto a precios elevados y fianza.

Según datos del Ministerio de Fomento, en el segundo trimestre, el alquiler se situó en Castilla y León en los 6,1 euros el metro cuadrado, pese a bajar un 0,4% en relación al mismo periodo de 2017. Por provincias, se situó en los 4,6 euros en Ávila; los 5,8 en Burgos; los 4,9 en León; los 5,2 en Palencia; los 7,3 en Salamanca; los 5,9 en Segovia; los 4,8 en Soria; los 6,2 en Valladolid, y los 4,7 en Zamora. En cuando a las capitales de provincia, Salamanca es la más cara con 7,6 euros el metro cuadrado, seguida de Segovia con 6,6; Valladolid, con 6,4 y Burgos, con 6,1. Por debajo de la media autonómica figuran Ávila (4,9 euros), León (5,4 euros), Ponferrada (4,3 euros), Palencia (5,4 euros), Soria (cinco euros) o Zamora (4,8 euros).