El robo de cable ferroviario entre Venta de Baños y Dueñas provocó ayer el retraso de hasta cuatro horas en al menos cinco trenes a su paso por la provincia de Palencia, según informaron fuentes de Adif y de Renfe a Diario Palentino. Se habrían visto afectados cerca de un millar de viajeros.

Al parecer, lo que comenzó como un robo de metal desencadenó varios sucesos concatenados que obligaron a realizar transbordos de viajeros de un tren a otro, así como a actuar a los Bomberos de Venta de Baños, a varias dotaciones de la Guardia Civil, a emergencias 112, a médicos del Sacyl y a dos soportes vitales básicos, estos últimos por precaución para evitar golpes de calor y otras afecciones, dado que las temperaturas eran de 41 grados en el exterior de los trenes afectados. 

Según informó Adif, a las 14,50 horas quedó suspendida la circulación en las dos vías existentes entre Dueñas y Venta de Baños debido a un incendio en una arqueta de comunicaciones, que habría sido causado por intento de robo de cable de retorno, y ocupación de circuitos del trayecto. El incendio además se propagó por un plantío cercano. 

Para facilitar la actuación de los Bomberos de Venta de Baños en la lucha contra el fuego, se procedió al corte de tensión en catenaria entre Corcos y Venta de Baños.

Por ello, se estacionaron varios trenes en las estaciones de Venta de Baños y Dueñas a la espera de que se apagaran las llamas. También en las estaciones de Valladolid y Palencia se detuvieron trenes durante el suceso.

Una vez sofocado el fuego, se comprobó que la línea de contacto que suministra electricidad a los trenes también había quedado dañada, por lo que se procedió a intervenir con la vagoneta de electrificación de Venta de Baños.

Sin embargo, aunque en un principio se habilitó la circulación por una de las vías, los servicios no pudieron normalizarse al concatenarse una serie de fallos en los sistemas ferroviarios, como  la caída constante de tensión en la catenaria, los aparatos de comunicación entre estaciones y el Centro de Tráfico Centralizado y algunas de los motores de las agujas de las estaciones.

Poco a poco, los trenes pudieron ir pasando por el embudo creado entre Dueñas y Venta de Baños, salvo los estacionados en estas estaciones.

El último tren, de los afectados directamente, arrancó a las 19,32. Llegaron a acumular en torno a las cuatro horas de retraso. Por ejemplo, los usuarios del Alicante Santander que se quedó tirado en Dueñas llegaron a Palencia, en un Regional Valladolid-Santander, a las 19,06, cuando la hora habitual son las 15,12 horas. A destino, Santander, llegaron en torno a las 22,25 horas. La hora habitual son las 17,43 horas.

O del Media Distancia Irún-Madrid, que debí salir de Venta de Baños a las 14,48 horas y no lo hizo hasta pasadas las 19. Lo mismo que el Intercity Vigo-Madrid, también parado en la estación venteña.

Durante toda la tarde, hasta el último servicio, los trenes siguieron acumulando retrasos, si bien fueron mucho menos importantes, con una media de una hora. 

 

Atendidos ‘in situ’. Debido a la situación que se creó, sobre toro en las estaciones de Venta de Baños y Dueñas se activó un dispositivo para atender a los viajeros.

Así varias dotaciones de la Guardia Civil se personaron en las estaciones para atender, junto al  médicos del Sacyl a los usuarios. En el caso de Dueñas, donde el Alvia Alicante Santander se quedó inútil a causa de la falta de tensión en la vía en la que se había estacionado, los viajeros fueron transbordados a un Regional. «Se les ha pasado allí, porque al menos tiene Aire Acondicionado», explicó personal de Renfe. Los paneles del convoy indicaban que la temperatura exterior era de 41 grados.  La única actuación que los sanitarios tuvieron que llevar a cabo fue la de trasladar a una persona mayor de un tren a otro en camilla y repartir, junto con los números de la Benemérita y un apoyo de la Agencia de Protección Civil, agua a los viajeros. 

En Venta de Baños, dado que la estación está más céntrica, a los usuarios de los dos trenes bloqueados se les envío, tras el reparto de agua, a un bar cercano a la terminal. Otros prefirieron aguardar la salida del tren junto a los vagones, con la esperanza de que fuera lo más breve posible. «Llevamos tres horas parados. Ahora nos dicen que vayamos al bar», explicaba una usuaria. «Si voy en bici, llego antes», manifestaba un joven que viajaba en el tren con su bicicleta. Los que más prisa tenían optaron por los medios de transporte privados, y se hicieron con un taxi, uniéndose en grupos de cuatro.

Por otro lado, en la capital, varias personas perdieron los enlaces que tenían programados, por ejemplo para llegar al País Vasco. Se les reubicó en otros servicios.