'Fapas' alerta de que el oso pardo de Palencia está al borde de la extinción

ALBERTO ABASCAL
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Según el colectivo conservacionista, el número de plantígrados de la Cordillera Cantábrica oriental se ha mantenido en los 20-30 ejemplares desde los años 80 hasta la actualidad

Según los expertos, en España, Italia, Francia y algunos países asiáticos viven las poblaciones de osos pardos más amenazadas del mundo. En el caso español, se distribuyen en la Cordillera Cantábrica en dos poblaciones con alto grado de incomunicación.

El pasado verano la Junta de Castilla  y León informó a Diario Palentino que en los últimos veinticinco años se había triplicado el número de osas reproductoras en la zona oriental de la Cordillera Cantábrica, a la que pertenece la Montaña Palentina. No hay que olvidar que la población oriental osera ocupa una superficie de 2.100 kilómetros cuadrados  y es difícil calcular el número de ejemplares, al no existir censo alguno o conteo de animales.

Sin embargo, el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas), en su primer boletín correspondiente a 2016 y tras realizar un informe este mismo mes de diciembre, acaba de lanzar una proclama  más que inquietante: la población de osos pardos de la zona cantábrica oriental se encuentra al borde de la extinción.

Fapas explica en su informe que después de 25 años de trabajo y más de 12 millones de euros invertidos en su conservación, la evolución de los dos núcleos de población que constituyen el área cantábrica ha discurrido por caminos muy diferentes: la subpoblación occidental distribuida entre los Ancares de León y Lugo y la zona central de la Cordillera Cantábrica se estima actualmente en unos 200 ejemplares (con más de 50 osas  reproductoras), mientras que el sector oriental no supera la treintena, y está formado por un único núcleo reproductor consolidado de 5 ó 6 osas confinado en un área de 100 kilómetros cuadrados entre la Montaña Palentina y las zonas limítrofes de Cantabria.

LOS PRIMEROS CENSOS. Los primeros censos realizados en 1952 estimaban la población de oso pardo cantábrico en 40 ejemplares y se realizaron a partir de la información de los cazadores (Couturier,1954), de la guardería de caza (Notario 1964, 1970-1980). En 1979 se realizaron las primeras encuestas oficiales, utilizando el mismo método.

En 1986, Fapas realizó el primer censo a partir de observaciones directas e indicios de presencia ursina, estableciendo una estima de 69-70 osos para el núcleo occidental y 13-20 para el oriental (en Clevenger y Purroy, 1988). Datos posteriores (Clevenger y Purroy, 1991; Naves y Palomero, 1993) ofrecen una estimación numérica de 50 a 65 osos en el núcleo occidental y 20 en el oriental, mientras que se estima  80-100 osos para el núcleo occidental y 25-30 en el oriental (Palomero, 2007). Según la organización conservacionista, en el núcleo oriental el descenso poblacional de 1994 ha ido seguido de un largo periodo de estancamiento demográfico, «no soportable por mucho más tiempo, en un territorio menos productivo y más accesible que el occidental».

«La ausencia de una ordenación cinegética, hasta en aquellos montes catalogados «de especial importancia en la alimentación de los osos», y los efectos negativos en la fauna salvaje, de la ausencia de carroñas en el monte desde 2002, por la ineficaz aplicación de la normativa europea de las vacas locas, se saldó  con la aparición de un escandaloso número de osos muertos, y una baja productividad, acompañada del abandono de sus históricas zonas de reproducción», reitera la organización ecologista.

POBLACIÓN ESTANCADA. Según los censos oficiales, y las estimas poblacionales recogidas por diferentes autores, la subpoblación oriental en los últimos 30 años ha permanecido más o menos estancada, pariendo de unos 20 osos en 1988, hasta llegar a alcanzar escasamente la treintena en el año 2013.

«Si aceptamos la teoría del mínimo poblacional en la que las osas con crías del año constituyen el 10-12% de la población (Clevenger, 1991), sumando las hembras paridas de los dos últimos años (censos oficiales 2012-2013), tendríamos que tener un mínimo de 90 osos adultos en el núcleo oriental a principios del 2014, cifra a la que tendríamos que descontar nueve osos, si asumimos la premisa que del orden de un 10% de los ejemplares desaparecen cada año, en las poblaciones naturales», subraya Fapas en su informe.

La veracidad de estas cifras se ha visto reforzada por diferentes estudios genéticos. El primero de ellos, realizado con muestras de material biológico recogidas entre los años 1996 y 1997 permitió individualizar un mínimo de 20 individuos (sin contar las muestras procedentes de ejemplares ya muertos), con todas las hembras reproductoras localizadas exclusivamente en la Montaña Palentina, por lo que ya en esos años se recomendó una protección estricta de dicho territorio. En el citado estudio también se comenta que la variabilidad genética del núcleo oriental es extremadamente pequeña, lo que repercute directamente en su capacidad de supervivencia, identificándose como principal amenaza del oso pardo en España: la caza ilegal (I. Rey et al., 2000).

En el año 2008, la Universidad de Oviedo confirmó la presencia de ejemplares híbridos descendientes de osos procedentes de ambas poblaciones, fruto de la comunicación entre ambas, «aunque por desgracia -lamenta Fapas- esto no haya supuesto un aumento relevante de sus efectivos poblacionales».

El último estudio genético iniciado en el 2013 por el Museo Nacional de Ciencias Naturales, enmarcado dentro de las actuaciones de la Junta de Casilla y León, en el Plan de Conservación de la Especie, confirmó la individualización de solo 26 ejemplares, después de un muestreo sistemático y exhaustivo, de los cuales cinco conservan las características genéticas de la población oriental, siete tienen características occidentales (son ejemplares migrantes) y los 14 restantes son mixtos, poniéndose de manifiesto el escaso número de osos que aún conservan linaje oriental.

La última víctima, en muñeca de la peña

Justo ahora hace un año se conoció oficialmente la muerte del último oso en la provincia de Palencia.

A pesar de los cuidados recibidos, el oso que a mediados de diciembre de 2014  apareció en la localidad de Muñeca de la Peña murió al no superar las graves  lesiones y el proceso infeccioso que sufría. Poco antes, la Consejería de Fomento y Medio Ambiente había activado un dispositivo para su captura y recuperación, en colaboración con la Guardia Civil, veterinarios del Parque de la Naturaleza de Cabárceno (Cantabria), de la Facultad de Veterinaria de León y del Gobierno Autónomo asturiano, que proporcionó material especial para el traslado de fauna.

Después de localizarlo y capturarlo, los expertos procedieron a ultimar las curas que consistieron en la limpieza, desinfección y sutura de las heridas, la administración de suero y antibióticos, y la eliminación de la hemorragia, siempre anestesiado, pero falleció a las pocas horas. El diagnóstico visual de las heridas tratadas indicaban que el animal había sufrió el ataque de otro plantígrado, según informó en su día la Junta.

SANCIÓN ADMINISTRATIVA. Por lo demás, el Gobierno regional también actuó este año en el ámbito administrativo. De hecho, en febrero determinó una sanción de 5.001 euros por un expediente administrativo abierto contra el cazador que disparó y alcanzó a un ejemplar de oso pardo en el transcurso de una cacería de jabalíes en octubre de 2012 en el cuartel de caza de Vañes, en la Reserva Regional de Caza de Fuentes Carrionas, dentro del Parque Natural de la Montaña Palentina.

La  resolución fue adoptada por la comisión de una infracción grave de la Ley del Patrimonio Natural y la Biodiversidad en la que no se aceptaron las alegaciones presentadas ni por el denunciado ni por Ecologistas en Acción Palencia.

En la Justicia

Los osos también fueron protagonistas durante el año 2015 en el ámbito de la Administración de Justicia de Palencia. Y es que el Juzgado de lo Penal absolvió en enero a un joven de 29 años, acusado de delito relativo a la protección de la fauna por ejercer una acción de caza a caballo y con un perro sobre un oso en el Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre-Montaña Palentina.

Los hechos ocurrieron en junio de 2010 en terrenos de la Junta Vecinal de San Salvador de Cantamuda, término municipal de La Pernía, en el Parque Natural de la Montaña Palentina. El acusado, tal y como podía verse en un vídeo grabado y publicado por el mismo en youtube, y como recoge la sentencia, se encontraba montado en un caballo junto a su perro, cuando apareció un ejemplar joven de oso pardo. Para controlar al perro, «el acusado corrió con su caballo en paralelo al camino con la sola intención de que su perro se apartara de él... No habiendo quedado acreditado que la actuación del acusado tuviera como finalidad última una acción de caza, ni siquiera una acción de acoso u hostigación hacia el animal», recogía la sentencia.